En la UNICACH inició un nuevo semestre, en que la constante ya no son los gritos, consignas, sombrerazos y aglomeraciones promovidas por los psuedo dirigentes académicos, quienes, a fin de conservar sus privilegios y canonjías, manipularon a un grupo pequeño de maestros que carecían de certeza laboral, a quienes expusieron y dejaron a su suerte al no conseguir presionar a las autoridades unicachenses.
Hoy la Universidad se ha liberado de una pandilla, disfrazada de dirigencia sindical, quienes en contubernio con anteriores administraciones se adjudicaron sobre sueldos desproporcionados y recategorizaciones, y con ello inicia una etapa para recuperar la confianza, estabilidad y dignidad.
Entre los docentes a quienes se les acabo el negocio con la UNICACH, sobresale nada más y nada menos, que quien fuera dirigente sindical de los académicos, Fredi Eugenio Penagos García, quien por más de 20 años en la Facultad de Biología violentó a sus alumnas, a partir de este semestre la estudiante se han librado de este maestro sobre el cual pesan denuncias de acoso sexual y ahora tendrá que enfrentar las consecuencias ante las autoridades correspondientes, por 7 demandas en su contra.
Las secuaces de Penagos, quienes se distinguían por encabezar las protestas en la Rectoría de la UNICACH, a base de gritos e interpelaciones, Esmeralda García Parra y Brenda Carolina Morales Pérez, también son parte de los académicos a quienes se les aplicó la ley, al incumplir sus funciones y caer en excesos.
Y ahora, que se toparon con pared y no lograron continuar obteniendo beneficios de manera personal, García Parra se ha desentendido de los docentes, a quienes presionó para no subir calificaciones y ahora sí les dice “cada uno contrate a su abogado particular y se rasque como pueda”, dejando en claro que su interés era meramente individual y poco le importan los derechos gremiales.
Sin estos tres personajes y otros más al frente de la dirigencia sindical del personal académico, los docentes unicachenses gozarán la libertad de expresarse, de decidir cómo organizarse, se acabó la manipulación y terror infundido por estas personas, quienes tenían como consigna “sino estás conmigo te chingo”.
Es tiempo de que los docentes recobren su espíritu crítico, libertad de cátedra, pero sobre todo la dignidad que por años les arrebataron sus pseudo dirigentes. Nuevos y mejores tiempos para la UNICACH.