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PRI PAGA CON DINERO DEL ERARIO OFICINAS DE LUJO DE ALITO MORENO Y SUS AMIGOS

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Eme Equis

Una escultura metálica, sofás de lujo, pantallas planas de 100 mil pesos, cestos de basura de 10 mil… El presidente del PRI avaló una lista de compras suntuosas con cargo al erario. Mientras tanto, los pleitos en el tricolor pasaron de los sombrerazos a los balazos.

Mientras millones de mexicanos enfrentaban con incertidumbre la crisis económica que provocó la pandemia, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se sirvió con la cuchara grande e hizo compras de lujo con cargo al erario a unas cuantas horas de que terminara el 2020.

El 31 de diciembre del año pasado, el partido que lidera Alito Moreno validó que se dieran de alta en sus inventarios cientos de objetos de lujo, incluida una estatua metálica y mobiliario de lujo, entre otros objetos comprados a sobreprecio.

Sus compras obran en documentos públicos que EMEEQUIS consiguió, analizó y compiló. Cada objeto que los priístas compraron a costa del presupuesto nacional tiene código de identificación, número de inventario, monto y la fecha en que fue ingresado a la lista de bienes que ya son parte del partido.

Por ejemplo, el bien I120400036-100005 que disfruta el Comité Ejecutivo Nacional fue avalado unas horas antes de que Alito Moreno y sus amigos festejaran el Año Nuevo: una escultura con valor de 300 mil pesos.

Fuentes al interior del PRI aseguraron a este reportero que la obra de arte a la que se refiere el inventario es un busto de bronce –“que pudiera ser oro, porque a Alito le encanta el oro”– que pidió hacer el presidente nacional de los tricolores para colocarlo en sus oficinas.

PARA SERVIR HAY QUE SERVIRSE PRIMERO

No es la única escultura que compraron los compañeros de Alejandro Moreno: otra más, de 40 mil pesos, con número de identificación I120400036-100004, se adquirió con cargo al erario.

También, bajo el ambiguo concepto de “pinturas”, el PRI compró 39 mil 130 pesos de obras pictóricas para las paredes de sus despachos, así como una “artesanía” de 6 mil 695 pesos y una más de 4 mil 695 sin especificar por qué decidieron comprarla y qué les aporta para el desarrollo de sus actividades laborales.

Pero como en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI no hacen decoraciones de sus oficinas a medias, echaron mano de más presupuesto público para dejar sus despachos como si en el país aún se administrara la abundancia: por ejemplo, pantallas inteligentes de hasta 108 mil 766 pesos –como la que tiene número de identificación I090000349-140025– y lámparas de 71 mil 300 pesos, como la I450400524-100011.

Y como la distinción está en el detalle, hasta los botes de basura tenían que ser de lujo: el PRI compró ocho con un valor cada uno de 10 mil 75 pesos para hacer juego con sus sofás de 46 mil 262 pesos.

Hay libreros de 67 mil 47 pesos, mesas de 46 mil 830 pesos y credenzas de 38 mil 600 pesos. Todo pagado con dinero de impuestos.

ALITO, EL “DEMÓCRATA” CON VIDA DE REY

Para nadie en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI es sorpresa que a Alito Moreno no le gusta la política de austeridad. Entre sus correligionarios es conocido que el amigo del expresidente Enrique Peña Nieto es afín a las compras de lujo y los objetos lustrosos.

En julio del 2019, el diario Reforma publicó una investigación sobre una mansión de 46 millones de pesos propiedad de Alito Moreno, quien la construyó cuando era gobernador de Campeche y dijo que percibía ingresos por 5 millones de pesos anuales.

Las imágenes de la residencia de mil 900 metros cuadrados en una de las zonas más exclusivas de las playas de Campeche no dejan dudas sobre la vida “bon vivant” que le gusta al presidente nacional del PRI: una construcción que simula a la costa griega y sus casas blancas.

“Un maleante, un reverendo ladrón”, le llamaba Andrés Manuel López Obrador en 2015, cuando el tabasqueño era líder opositor y Alito Moreno aspiraba a convertirse en gobernador. “Es el más corrupto de Campeche, el más ladrón de Campeche (…) Se dedica a comprar votos y vive aquí en una gran mansión”.

Entre los priístas también es legendaria su debilidad por las cirugías plásticas, los viajes en avionetas privadas, los relojes de lujo y las marcas de ropa de exclusivas boutiques que abren sus sucursales en el Caribe mexicano.

¿VALE LO QUE CUESTA?

Sin embargo, su vida suntuosa y la redecoración del Comité Ejecutivo Nacional del PRI de poco sirvió para que el partido avanzara en las elecciones del seis de junio: medio año después de sus compras, sufrieron un golpazo en las urnas que ningún sofá de 325 días de salario mínimo pudo amortiguar.

De las 15 gubernaturas en juego, los priistas perdieron todas. Y de los estados que tenían les arrebataron ocho: Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.

Los muchachos de Alito Moreno ya sólo tienen cuatro gobernadores –en Hidalgo, Oaxaca, Coahuila y Estado de México– pero incluso en esos bastiones Morena ganó terreno en las elecciones de este año y existe la posibilidad de que pierdan esos territorios.

Los malos resultados del presidente nacional del PRI han generado un movimiento de militantes que exigen su renuncia. El más ruidoso de ellos es el exgobernador de Oaxaca Ulises Ruiz Ortiz, actual delegado nacional del PRI, quien encabeza la revuelta de los priistas disidentes.

Para presionarlo a renunciar, Ulises Ruiz y un grupo de seguidores cercó este martes la sede nacional del PRI en la Ciudad de México: las tres entradas principales están tomadas, hasta la noche de este martes, por manifestantes que prometen liberar las rejas hasta que su líder nacional salga del partido.

El choque entre ambos grupos pasó ayer de los sombrerazos a los balazos: desde la cuenta oficial en Twitter del PRI se acusó a Ulises Ruiz y sus seguidores de contratar a un “comando armado” para agredir “con balas” a los simpatizantes de Alito Moreno.

Pese a todo, Alito Moreno asegura que él no se va de la Presidencia Nacional del PRI y asegura que los números que entrega a la militancia son positivos. Se queda en el partido, dice, a otras elecciones y probar que él, como sus compras, vale oro.

Las adquisiciones que avaló a finales de 2020 muestran su carácter despreocupado: ¿cuál crisis económica y cuál crisis política, si ya hasta redecoró sus oficinas?

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