El Universal
El combate a la corrupción es un interés de seguridad nacional para Estados Unidos y por lo tanto, apoyará la capacidad de instituciones nacionales e internacionales y fortalecerá la capacidad de la sociedad civil y los medios enfocados en investigar y destapar casos sobre el tema, anunció este jueves la Casa Blanca en un comunicado firmado por el presidente Joe Biden.
A principios de mayo, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, emitió una nota diplomática para expresar su extrañamiento por el supuesto apoyo financiero de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Integral (USAID, por sus siglas en inglés), a Organizaciones no Gubernamentales como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, a la que calificó de “opositora”, y alegó que es una “muestra de injerencismo del gobierno de Estados Unidos en asuntos que sólo competen a los mexicanos”.
El 31 de mayo se quejó de que su nota no había recibido respuesta y este miércoles se lanzó contra la Embajada de Estados Unidos, diciendo que reparte “maíz con gorgojo”; esto es, que sigue entregando dinero a organizaciones opositoras.
En el Memorándum Estudio de Seguridad Nacional, Biden afirmó que la corrupción “amenaza la seguridad nacional de Estados Unidos, la equidad económica, los esfuerzos contra la pobreza global y en pro del desarrollo, y la democracia, en sí misma”.
Por lo tanto, combatirla se convierte en un “interés de seguridad Nacional de Estados Unidos” y el gobierno encabezará los esfuerzos para “promover la buena gobernanza, traer transparencia a Estados Unidos y los sistemas financieros globales; prevenir y combatir la corrupción a nivel nacional y en el extranjero, y hacer cada vez más difícil para los actores corruptos realizar sus actividades”.
Para ello, presentó una estrategia que incluye “apoyar la capacidad de instituciones domésticas e internacionales y organismos multilaterales enfocados en establecer normas globales anticorrupción, la recuperación de activos, la promoción de transparencia financiera, alentar gobiernos abiertos, fortalecer instituciones financieras, establecer marcos de trabajo para prevenir la corrupción en proyectos financieros de desarrollo, y combatir el lavado de dinero, el financiamiento ilícito y los sobornos”.
Asimismo, se apoyará y fortalecerá “la capacidad de la sociedad civil, los medios y otros actores enfocados en la supervisión y rendición de cuentas para que investiguen y analicen las tendencias de corrupción, respalden medidas preventivas, investiguen y destapen actos de corrupción, exijan cuentas a líderes e informen y respalden los esfuerzos de rendición de cuentas y de reforma del gobierno”. Se trabajará para “proveer a estos actores de un ambiente de operación seguro y abierto a nivel nacional e internacional”.
El comunicado insistió en la importancia de trabajar con socios internacionales para “contrarrestar la corrupción estratégica de líderes extranjeros, empresas estatales o afiliadas, organizaciones del crimen trasnacional”.
Agregó que ese país redoblará esfuerzos para incrementar los recursos de asistencia “para investigación, financieros, técnicos y políticos” en aquellos países que muestren el deseo de reducir la corrupción.
También se fortalecerá la capacidad de socios y gobiernos extranjeros “para implementar medidas de transparencia, supervisión y rendición de cuentas, lo que contrarrestará la corrupción y dará a los ciudadanos información útil y accesible respecto de programas, políticas y gasto de gobiernos”.
Refirió que el Gobierno estadounidense promoverá “asociaciones con el sector privado y la sociedad civil para promover las medidas anticorrupción y emprender acciones para prevenirla”.
El memorándum incluyó, como parte de la estrategia combatir “todas las formas de financiamiento ilícito en Estados Unidos y los sistemas financieros internacionales, incluyendo implementar una ley federal para obligar a las compañías en Estados Unidos a reportar sus beneficiarios al Departamento del Tesoro, reducir el secretismo financiero offshore; mejorar el compartir información”; además, “hacer rendir cuentas a los individuos corruptos, las organizaciones criminales trasnacionales y sus facilitadores; incluyendo, cuando sea apropiado, identificar, congelar y recuperar activos robados… y, cuando sea posible y adecuado, devolver esos activos en beneficio de los ciudadanos afectados por la corrupción”.
Biden, en otro comunicado, afirmó que la corrupción “carcome las bases de las sociedades democráticas. Hace menos eficaces a los gobiernos, desperdicia recursos públicos y exacerba las desigualdades en el acceso a los servicios y hace más difícil a las familias poder sacar adelante a sus seres queridos”. Además, “impulsa e intensifica el extremismo y facilita a los regímenes autoritarios corroer la gobernanza democrática”.
Estados Unidos, aseguró el mandatario estadounidense, encabezará poniendo el ejemplo, pero “esta es una misión para el mundo entero”.
En ese sentido, subrayó que “debemos apoyar a los ciudadanos valientes en el mundo que están demandando una gobernanza honesta, transparente”.
Combatir la corrupción, dijo el mandatario estadounidense, “no solo es cuestión de buena gobernanza. Es autodefensa. Es patriotismo, y es esencial para preservar nuestra democracia y nuestro futuro”.