La Jornada
Bilbao. La Iglesia católica española hizo público por primera vez este viernes el número de denuncias a sacerdotes por abusos sexuales a menores, un total de 220, de 2001 a la fecha.
“Nosotros reconocemos que en algún tiempo de todo este camino hemos podido caminar demasiado despacio, en otra época incluso mirar para otro lado o querer decir los trapos sucios se lavan en casa y no querer hacer expresión pública de esto», reconoció en rueda de prensa el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello.
Del total de casos informados, 151 han sido ya resueltos y 69 siguen abiertos, según se informó en la comparecencia posterior a la Asamblea Plenaria de los obispos, que se ha celebrado esta semana.
Los datos habían sido requeridos por la CEE a la Congregación para la Doctrina y la Fe, organismo vinculado al Vaticano, que no ha informado a las autoridades religiosas españolas del número de víctimas, ni de los castigos recibidos por los culpables.
La revelación de estos datos ha llegado al final de la semana en la que los obispos han reflexionado sobre alguno de los últimos pasos normativos dados por el gobierno español y el testamento vital, en su Asamblea Plenaria.
Al comienzo de esta semana, la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, había acusado a la Iglesia católica de querer ocultar los casos de abusos sexuales a menores, registrados en su seno.
Luis Argüello, en calidad de portavoz de los obispos, consideró, por su parte, «doloroso, injusto y no adecuado poner todo el foco de los abusos en la Iglesia».
El portavoz quiso enmarcar en su comparecencia de este viernes la cuestión de los abusos sexuales a menores en lo que calificó como una «problemática social».
“Tenemos un verdadero problema social, una problemática que se da en toda la sociedad española, en el ámbito familiar, educativo, deportivo, en muchos ámbitos”, dijo Argüello sobre este asunto.