Eme Equis
AMLO llegó a Palacio Nacional para presumir austeridad, pero antes le dio una manita de gato a su nuevo hogar: mandó pintar un óleo de Lázaro Cárdenas, colocó pisos de encino, cambió alfombras y decoró los rincones con orquídeas.
Aquel Palacio Nacional al que el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a vivir como una muestra de la austeridad que, aseguró, instauraría en su administración, fue embellecido con recursos públicos.
Se quitaron viejos pisos, se demolieron muros y se retiraron falsos plafones. Se eliminó una vieja alfombra pegada al suelo y se desinstalaron tuberías. Los suelos se cubrieron de parquets de madera de encino americano y tzalam. Llegaron tableros de madera de cedro rojo, 170 metros cuadrados de muros se cubrieron con tapiz de tela, se cambiaron focos, se pusieron nuevas luminarias. Hasta mejoró el aire acondicionado.
De acuerdo con contratos revisados por EMEEQUIS, el presidente mandó a cambiar los parasoles de todas las ventanas de Palacio Nacional: 63 carpas repelentes al agua de lluvia para los balcones del hogar del presidente, donde hacía 135 años nadie vivía.
Además, AMLO apostó por restaurar la cubierta del Patio de Honor, mandar a pintar un óleo en honor al General Lázaro Cárdenas y garantizar que en su hogar/oficina siempre hubiera flores y arreglos de hasta 62 especies distintas para recibir a sus invitados: orquídeas, ranúnculos, lisianthus, lilis, rosas, etcétera.
En al menos 12 contratos, la Oficina de la Presidencia de la República desembolsó casi 9 millones de pesos para “tunear” la residencia del presidente.
RESIDENCIA OFICIAL
“El Palacio Nacional de la Ciudad de México es actualmente residencia oficial del Titular del Ejecutivo y ha sido permanentemente escenario de actos oficiales, protocolarios y cívicos de la Presidencia de la República”, arranca la justificación para los contratos relativos a las remodelaciones que se encargaron entre 2019 y 2020.
Desde su primer intento por llegar a la Presidencia, en 2006, AMLO mencionó que de ser electo se mudaría a este recinto, al estilo de Benito Juárez. Pero fue en la campaña de 2018 que su idea cobró más fuerza.
Primero dijo que en vez de vivir en Los Pinos, seguiría en su casa en Tlalpan, al sur de la Ciudad de México, y que cuando su hijo menor, Jesús Ernesto, terminara el ciclo escolar, rentaría una casa cerca de Palacio Nacional.
Pero lejos de seguir con ese plan, la Oficina de la Presidencia comenzó a invertir en remodelar el Palacio, mismo que fue ocupado por AMLO, su esposa Beatriz Gutiérrez Müller y su pequeño hijo, en julio de 2019.
El presidente habita un departamento que construyó el expresidente Felipe Calderón, “una parte muy limitada” de Palacio que está compuesta por una sala, comedor y tres habitaciones, según detalló. Al tiempo, aseguró que todos los salones y el resto de los espacios quedarían completamente libres.
La decisión de López Obrador ha sido comparada con aquella que tomó el presidente Lázaro Cárdenas, cuando declinó vivir en el Castillo de Chapultepec, por considerarlo ostentoso, para irse a vivir a un rancho que terminó por convertirse en Los Pinos.
Tras vivir en carne propia la experiencia, anunció que su gobierno desembolsaría 9 millones de pesos para remodelar las fachadas del inmueble e impermeabilizar la azotea. Estos contratos los otorgó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y se sumaron a otros 8 millones 972 mil pesos que salieron directamente de la Oficina de la Presidencia para embellecer el Palacio.
Como complemento a la justificación de los contratos, la Presidencia describe que a Palacio Nacional han llegado jefes de Estado y de gobiernos extranjeros, que se han entregado cartas del cuerpo diplomático y se ha vuelto sede de las ceremonias festivas del Grito de Dolores y el 20 de noviembre. Por ello apostaron por “rescatar y rehabilitar” el espacio para que “los visitantes de dicho inmueble aprecien estos espacios en su esplendor histórico y contexto cultural actual”.
ESTRENANDO PISOS Y ALFOMBRAS
De las primeras remodelaciones que dieron la bienvenida al primer mandatario estuvieron aquellas de abril de 2019 para la conservación de los elevadores del Palacio, con una inversión de poco más de dos millones de pesos se contrató a las empresas Elevadores Otis S. de R.L. de C.V., Mitsubishi Electric de México y Elevadores Schindler, S.A. de C.V., algunos de ellos –determinados por diseño original– de uso exclusivo del presidente.
Luego, le metieron poco más de un millón de pesos para mejorar el aire acondicionado del inmueble y otros 808 mil para adquirir equipo de telecomunicaciones para la interconexión de la delta de fibra óptica de la Presidencia.
En mayo, antes de la mudanza del presidente, se contrató a Grupo Alfombras Garrido, S.A. de C.V., ubicado en la colonia Roma, para colocar una nueva alfombra en el Salón Tesorería, aquel donde todas las mañana da su conferencia matutina. Por 337 mil pesos, se colocaron 1,170 metros cuadrados de alfombra mohawk de uso rudo.
Desembolsaron otros 348 mil pesos, que cayeron en manos de la sociedad mercantil anónima “Colinas de Buen”, para mejorar el recorrido de la cubierta deslizable del patio de honor de Palacio Nacional. Según el contrato, la Presidencia tiene dictámenes que establecen la vulnerabilidad de la estructura a causa del hundimiento regional diferencial y eventos sísmicos, por ello acordaron la intervención del sitio para mejorar la infraestructura.
Además, la Presidencia cambió todos los parasoles de los balcones por un total de 405 mil pesos. En total, se compraron 63 lonas para cubrir los ventanales del edificio histórico.
UN MILLÓN Y MEDIO PARA REMODELACIONES
Con un contrato de 1 millón 593 mil pesos, Heladio González Cruz realizó las mayores modificaciones al Palacio. Quitó pisos de encino, demolió muros de tablaroca, retiró falsos plafones, quitó alfombras y losetas, cambió ductos de aire acondicionado y tuberías, impermeabilizó muros…
En cambio, trajo nuevos pisos de madera de encino americano y tzalam, cubrió con triplay de cedro una meseta de muro debajo de algunos ventanales, le dio mantenimiento a una puerta, puso un poco de yeso en paredes que lo requerían, pintó paredes y colocó nuevos tapices de telas.
También se dio otro contrato para mejorar el sistema de iluminación que da vida a la fachada. Según la justificación, es el mecanismo por el que se “acentúa la elegancia y el estilo de este inmueble”, convirtiéndolo en un atractivo turístico. Pero como no se le ha dado mantenimiento, hay apagones, lámparas fundidas y luminarias que impiden mostrar las cualidades del edificio.
Para ello, Marco Antonio Lara Anguiano recibió 1 millón 208 mil pesos para mejorar el cableado, soportes, cambiar bombillas, proveer barras de led y así mantener al Palacio iluminado.
De pilón, se contrató a Proyectos Gráficos, S.A. de C.V. para acondicionar la Sala Madero con mamparas, bases y tarimas para adecuarlo como un espacio de exhibición: el gasto fue de 138 mil pesos.
SON 250 MIL PESOS EN FLORES Y UN CUADRO DE CÁRDENAS
AMLO no escatimó en agregarle un tono más personal a su nueva casa. El 2 de marzo de 2020 contrató al artista Ernesto Espiridion Ríos Rocha para hacer un retrato pintado al óleo del General Lázaro Cárdenas del Río.
El cuadro, que el presidente obtuvo por 139 mil 200 pesos, fue la primera obra de arte que manda a hacer directamente AMLO, según reportó la revista Quien. En la entrevista al pintor, éste narra que Daniel Asaf Manjarrez, jefe de seguridad del Presidente, fue quien le comunicó la petición presidencial.
La obra le fue entregada a presidencia el 9 de marzo y, según Espiridion, AMLO le mandó a decir con el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, que la pintura le había gustado mucho. La obra de arte está actualmente colgada en el nuevo despacho presidencial.
Otro gustito fue tener un florista de cabecera: Wilfredo López Vargas, a quien le dio un contrato abierto por hasta 250 mil pesos para que entre agosto y diciembre de 2020 cubriera las necesidades florales de AMLO.
Desde alcatraces, astromelias, lilis, rosas y orquídeas, hasta coronas navideñas, árboles de navidad y sus respectivos adornos, coronas de flores, arreglos monumentales para decorar el Palacio de la austeridad.