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Desde que el año pasado estallaron los enfrentamientos bélicos en la región de Tigray, cientos de mujeres han sido sometidas a torturas sexuales por soldados etíopes y eritreos.
En Tigray, región del norte de Etiopía devastada por el conflicto interno, una mujer denunció que en febrero pasado fue violada y maltratada brutalmente durante 11 días por soldados del Gobierno central, informa Reuters.
De 27 años de edad, la mujer regresaba a casa a bordo de un minibús, con comida para sus dos hijos, cuando los uniformados la hicieron descender alegando que el vehículo estaba sobrecargado. La ataron y la llevaron a un campamento militar, donde fue violada repetidamente por 23 efectivos que luego le introdujeron largos clavos, una gran piedra y otros objetos en la vagina, para finalmente abandonarla en un bosque.
Allí, inconsciente, fue encontrada por unos aldeanos que la llevaron a un hospital. Tras recuperarse de sus serias lesiones físicas y aún en trauma, no sabe si sus pequeños hijos están vivos o muertos, puesto que cuando fue capturada no había en su casa alimentos para más de una semana.
Otras atrocidades
No es un caso aislado. Otra mujer de Tigray relató a Reuters que fue violada durante 10 días por soldados vestidos con uniformes etíopes, aunque su acento y sus rasgos faciales eran típicos de Eritrea, país situado al norte de Etiopia. Además, denunció que esos mismos hombres mataron a tiros a su hijo de 12 años frente a ella.
Organizaciones e individualidades médicas denuncian que, desde que en noviembre del año pasado estallaron los enfrentamientos en el norte del país, cientos de mujeres han sido sometidas a torturas sexuales por soldados etíopes y eritreos. Milicias de ese último país han estado ayudando al Gobierno central de Etiopía a luchar contra el antiguo partido gobernante de dicha región, el Frente de Liberación Popular de Tigray.
«Las mujeres están siendo sometidas a esclavitud sexual», condenó la doctora Fasika Amdeselassie, principal funcionaria de salud pública de la administración interina del Gobierno de Tigray. Y la mayoría de las violadas, además de sufrir graves lesiones y traumas, quedan embarazadas o contraen enfermedades venéreas, añadió.
A finales de marzo, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, reconoció que se están «cometiendo atrocidades al violar a mujeres», y prometió que los responsables serían castigados. Fue entonces que por primera vez reconoció Ahmed la participación de fuerzas eritreas en el conflicto en Tigray, cosa que previamente había negado.