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Además, investigan un fármaco de última generación que podría dar inmunidad contra el SARS-CoV-2 por más de 13 años.
Las autoridades sanitarias de Rusia informaron que sus científicos están trabajando en el desarrollo de una vacuna de una sola dosis, a la que califican como una versión más sencilla de la Sputnik V. Por esta razón, la llaman «Sputnik Light”. Este fármaco se encuentra actualmente en la fase tres de estudios clínicos, y hasta el momento ha demostrado una eficacia del 85 por ciento, según estimaciones del presidente ruso, Vladimir Putin.
«Presentamos la solicitud de registro urgente en Rusia y otros países de la vacuna de una sola dosis Sputnik Light”, informaron los desarrolladores del Instituto Gamaleya, quienes estiman que el preparado estará disponible este mes de marzo. El objetivo declarado de los rusos es que Sputnik Light sirva para aquellos casos en que resulte imposible inocular las dos dosis necesarias para reforzar la inmunidad.
Alexander Gintsburg, director del Instituto Gamaleya, dijo que la seguridad de la vacuna de una sola dosis está «demostrada», pero su eficacia para su uso entre los mayores aún debe ser mejor estudiada. El presidente del Fondo de Inversiones Directas de Rusia, Kiril Dmitriev, agregó que el objetivo es vender Sputnik Light en el mercado internacional, especialmente en aquellos países «que se encuentran en el pico de la enfermedad y quieren salvar el mayor número de vidas posible”.
¿Protección por 13 años?
Si bien la eficacia descrita para Sputnik Light es menor que la de Sputnik V, sigue siendo muy elevada, incluso superior a la de otras vacunas que ya se encuentran en el mercado. Sin embargo, queda por comprobar que esa cifra se replica una vez utilizado el fármaco en la «vida real”.
Por si fuera poco, la Agencia Federal Médico-Biológica de Rusia comenzará en julio las pruebas clínicas para una nueva vacuna, un fármaco de última generación que es capaz de desatar una respuesta inmune a nivel celular que protegería por más de 13 años a los pacientes, dijo la directora de este centro, Veronika Skvortsova. Las dos primeras fases de estudios clínicos se realizarán de forma simultánea, para ganar tiempo y aprovechar «que los actuales protocolos lo permiten”, dijo Skvortsova.
«Desarrollamos una vacuna que se diferencia por actuar no sobre la capa S (la capa externa de virus y bacterias), sino sobre otros componentes proteicos del virus, por lo cual no se desarrolla una inmunidad humoral, con la activación de los anticuerpos, sino una inmunidad celular, cuya ventaja es su larga duración», explicó la especialista. «En determinados trabajos experimentales se ha demostrado que esta inmunidad se mantiene entre 13 y 17 años», agregó.