- Pruebas de detección, tratamientos, hasta la contratación de suministros sanitarios, afectadas por actividad ilícita; se desvían fondos necesarios para la inversión en sanidad
SINFUERO
Una investigación reciente elaborada por Transparencia Internacional reveló que a nivel mundial la corrupción está presente en toda la actuación contra la Covid-19, desde el soborno en torno a las pruebas, tratamientos y otros servicios, hasta la contratación de suministros sanitarios y la preparación frente a emergencias en general.
Según el documento «Índice de percepción de corrupción», esta práctica afecta negativamente el acceso de la población a servicios sanitarios de calidad y agrega que incluso teniendo en cuenta el grado de desarrollo económico, un alto nivel de corrupción está asociado a un bajo nivel de cobertura sanitaria, mayor mortalidad infantil y materna y más muertes de cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
«La corrupción es una de las barreras clave para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y la pandemia por SARS-CoV2 dificulta aún más esta tarea. Las secuelas a largo plazo de la corrupción en los sistemas sanitarios recuerdan que a menudo la corrupción intensifica el impacto de cualquier crisis», señala el análisis del organismo.
Indica que la corrupción desvía fondos necesarios para la inversión en sanidad, dejando a las poblaciones sin médicos, material sanitario, medicamentos y, en ocasiones, clínicas y hospitales. Además, la falta de transparencia en el gasto público potencia el riesgo de corrupción y de actuaciones ineficaces en caso de crisis.
Por otra parte, destaca que la transparencia es clave a la hora de garantizar el uso adecuado de los recursos públicos, de manera que alcancen a las personas a las que están destinados. «Para ello es necesario contar con procedimientos sólidos y transparentes de asignación de partidas presupuestarias, contratación pública y auditoría antes de que se produzca la crisis», anota.
URUGUAY, EL MENOS CORRUPTO
La investigación indica que los países con altos niveles de corrupción suelen ser los principales culpables de acciones contra la democracia y el estado de derecho en la gestión de la crisis de la Covid-19 y en este sentido revela que con 71 puntos en el índice, Uruguay es uno de los países menos corruptos de América Latina y que el gasto del estado en sanidad es uno de los más altos de la región.
TI aclara que dicho país cuenta con un sistema robusto de observación y control epidemiológicos que ha resultado muy útil a la hora de afrontar la pandema y otras enfermedades infecciosas como la fiebre amarilla y el zika. Sin embargo, el organismo lamenta que Nicaragua, Haití y Venezuela se sitúen en lo más bajo, con 22, 18 y 15 puntos respectivamente.
«En una región ya caracterizada por unas instituciones de gobierno débiles, la Covid-19 ha puesto de relieve unas profundas desigualdades sociales y económicas, que afectan de forma desproporcionada a los sectores más vulnerables de la población, como las mujeres, niñas, personas mayores, indígenas, inmigrantes y población afroamericana