Inicio Destacadas La crisis de las bicicletas. ¿Por qué Santa Claus no pudo conseguirlas?

La crisis de las bicicletas. ¿Por qué Santa Claus no pudo conseguirlas?

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La pandemia disparó la demanda de bicicletas, pero al mismo tiempo hay un desabasto generalizado por importaciones que no pueden llegar a su destino. “Está escaseando todo, todos los talleres estamos así”, comenta Toto.

EMEEQUIS.– Finales de octubre de 2020: una bicicleta de los años 70 requiere urgentemente que le cambien los frenos. Su dueña, Mabel, una joven de 30 años usuaria de Ecobici, el sistema público de bicicletas de la Ciudad de México, ha optado por reparar la vieja bicicleta de su tía, para evitar los riesgos del sistema público en la era Covid.

Es complejo: en dos talleres no tienen las piezas necesarias y, en un tercero, en la colonia Juárez, le recomiendan hacer el cambio a frenos contrapedal. “Está en una semana”, es la promesa. Pero pasa la semana y la bicicleta no está lista. “No podemos conseguir la pieza”, es la respuesta en el taller. Tardan una semana más, en el taller han movido mar y tierra para encontrar la pieza.

Al tiempo, Antonio ha decidido comprar una bicicleta nueva para usarla como medio de transporte y de vez en cuando usarla en terrenos montañosos. Pide informes en un taller que fabrica desde cero bicis de primer nivel y quedan de enviarle presupuesto, pero nunca llega, porque no hay piezas y no pueden ni calcular el costo.

Voltea a ver una marca mexicana de bicicletas de alta de gama y elige la llamada Spectrum: el 20 de diciembre –le prometen tres veces– la bicicleta estará en sus manos. Pero llega la fecha y del otro lado de la bocina del teléfono, recuerda, el dueño de la marca le dice: “No llegaron completas, hay un desabasto terrible de complementos y no podemos armarlas. Podríamos entregarte en mayo de 2021”.

Antonio, entonces, pide su reembolso y decide buscar una bici de marca conocida, Giant. Habla a todas las tiendas de la ciudad, pero nada, ni una bici similar. Extiende su búsqueda a otros estados, encuentra una en Mérida, Yucatán. Llama, pero lo mismo: todo agotado. La expectativa optimista es que lleguen algunas para finales de enero, la realista se extiende a marzo o mayo del próximo año.

Las experiencias de Mabel y Antonio se han repetido a lo largo del país al cierre de este año, son ecos de los obstáculos que talleres y tiendas pequeñas y grandes de bicicletas han tenido que sortear desde el inicio de la pandemia: alzas de precios, escasez de complementos, refacciones agotadas y un escaso stock que les ha impedido vender bicicletas en una época del año típica para la adquisición de este tipo de vehículo.

BOOM CICLISTA PANDÉMICO

Alberto Pérez, conocido en el mundo ciclista como Toto, es el fundador del taller Rueda Libre Crew, que lleva más de 15 años especializado en la reparación y fabricación de bicicletas en la colonia Roma y jamás había visto algo como lo que está ocurriendo actualmente.

El 23 de diciembre, por ejemplo, fue a la típica calle de San Pablo, en la Merced –la zona más reconocida en refacciones importadas–, para comprar 10 piezas que necesitaba para armar tres bicicletas que deberá entregar antes del cierre de 2020. Sin embargo, sólo consiguió una. “Está escaseando todo, todos los talleres estamos así”.

Toto, un hombre de 56 años que se dedicaba a la organización de eventos y que dejó todo para dedicarse a su verdadera pasión, dice que nunca había visto algo así.

Toto señala que nunca había visto un desabasto así.

Comenzó a notarlo en su taller en los primeros meses de la pandemia de Covid-19: el boom ciclista que ocurre desde hace una década, se volvió una locura. Gente desesperada por conseguir una bicicleta, unos más desempolvando aquellas que tenían abandonadas, otros buscando bicis viejas para reparar. Algo parecido a lo que está ocurriendo en todo el mundo.

Eli Domínguez y Jesús López, fundadores de Básica Studio, también dan cuenta de ello. “El pensamiento romántico que tenemos los apasionados de la bici se convirtió en una necesidad, la movilidad tomó otra dimensión”, dice Jesús.

El estudio de la calle Marsella, en la colonia Juárez, dio un salto abismal que sus creadores pensaban ver en 10 años. Tuvieron que reajustarse y abrir al público general un servicio que era más de nicho, ofreciendo servicios de mecánica para todo tipo de bicicletas y apostar por producir bicis de distintas gamas, a precios más accesibles. Llegaron niños, jóvenes, repartidores, mamás, oficinistas que nunca se habían subido a la bicicleta, aquellos que creían que su bicicleta ya no servía porque llevaba años en el abandono.

“Ha sido un incremento del 1 al 100 de mayo a la fecha”, comenta Eli.

“Estamos viviendo una escasez que nunca antes se había visto», señala Eli, aquí con Jesús.

DESBASTO GLOBAL

La alta demanda de bicicletas que trajo consigo la pandemia fue uno de los factores que trajo el desabasto actual, los reportes globales marcan un incremento de ventas de hasta 5 mil por ciento este año, según AFP.

Las tiendas en todo el mundo han roto récords de ventas, agotando sus stocks y, en algunos casos, haciendo preventas con promesas imposibles de cumplir, porque los grandes productores ubicados en Asia, pese a su alta capacidad de producción, no estaban listos para este nivel de demanda.

“Estamos viviendo una escasez que nunca antes se había visto, yo llevo 15 años en esto. Siempre ha sido difícil encontrar ciertas cosas, pero ahora está difícil hasta una cámara, una cosa muy básica”, señala Eli.

Manubrios, llantas, cámaras, aros, rayos, pedales, postes de asiento y de manubrio, cadenas, velocidades, frenos… cada elemento para crear o reparar una bici actualmente es un elemento preciadísimo, complicado de conseguir.

En el caso de México, la situación se ha agravado por un cóctel de razones. Por ejemplo, a Eli sus proveedores le han señalado que los bloqueos de varios puntos de la red ferroviaria del país –que han acumulado en conjunto casi 200 días obstaculizados– han sido un elemento que ha retrasado la distribución de los pocos componentes que llegaron a México importados del extranjero. Así, la industria ciclista ha sido una de las afectadas indirectamente.

A Toto sus proveedores le explicaron que los contenedores que transportan las bicicletas nuevas y los componentes están regados por el mundo y que ante la cerrazón que la pandemia trajo en determinadas fronteras, estos contenedores quedaron atorados y no han vuelto a China –el país productor más grande del mundo–, al tiempo que este país asiático ha limitado el ingreso de estos contenedores a su territorio por considerarlos un riesgo.

“Es un fenómeno transversal: el mercado asiático surte toda la línea de componentes al mundo y cruzó afectando a las marcas grandes profesionales hasta los talleres de barrio. La expectativa es que todo comience a liberarse a finales de enero, marzo o, incluso, mayo del próximo año”, estima Jesús.

Para ellos y el resto de los talleres y productores de bicicletas en el país esto ha representado una encrucijada, por un lado tienen una alta demanda, aumentando entre un 60 y un 100% los servicios solicitados todos los días, la compra de bicicletas nuevas y las reparaciones; por el otro, la misma pandemia ha obstaculizado la producción de los insumos para que este método de transporte siga agarrando fuerza en México y el mundo.

Mientras tanto, tanto Básica como Rueda Libre Crew mantienen la esperanza de que este boom ciclista que dejó el Covid se mantenga el próximo año y que, superada la crisis, la bicicleta termine por consolidarse como el medio predilecto de transporte para la ciudadanía.

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