Las autoridades deberían implementar un nuevo modelo de transporte para las rutas 1 y 2, o terminarán en manos de los “pulpos” transportistas, opinó Joseliny Díaz.
YURIDIA MONTENEGRO
Si la Secretaría de Movilidad y Transporte no implementa un nuevo modelo de transporte que sustituya a las rutas 1 y 2, las más importantes de la capital de Chiapas, lo más probable es que terminen en manos de los “pulpos” transportistas, lo cual significa retroceder 12 años de avance en el tema de movilidad, opinó el experto en la materia, Joseliny Díaz Torres.
Para Díaz Torres, esta dependencia debe hacer un posicionamiento sobre qué va a suceder con las vías troncales de la ciudad porque son las más importantes; además, dijo, el desaparecer, así como sucedió con el “Conejobús” vulnera los derechos de muchos ciudadanos, ya que era el medio de movilidad más eficiente para personas con discapacidad o adultos mayores, así como en el actual contexto de la pandemia por el tamaño de las unidades.
“La acción de desaparecer el único modelo que más acercaba a las nuevas políticas que está implementando el Gobierno federal, que es una movilidad de mayor calidad, muy enfocada a derechos humanos, es ambivalente, porque por un lado los legisladores chiapanecos dicen <<sí, estamos en la línea federal>> y Chiapas es de los primeros en adoptar esta nueva ley, pero en contraposición a eso desaparecen el único modelo cercano a lo que esta ley dice porque se trataba de un transporte seguro, sustentable y amigable con el medio ambiente”, remarcó.
Opinó que las autoridades deberían estar consultando con la ciudadanía sobre cuál es el mejor modelo y en Tuxtla hay diversos estudios sobre el tema, uno de ellos es el Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable (PIMUS), el cual es un diagnóstico de la ciudad y contiene recomendaciones sobre cuál es el modelo de transporte más eficiente para la capital.
El PIMUS cotó al Ayuntamiento capitalino alrededor de un millón de pesos, pero al parecer no sirvió de nada, enfatizó.