Las imágenes muestran una terrible escena en la que hombres que se identifican como gente del Mencho “nueva generación” comen los órganos de una persona. IMÁGENES SENSIBLES
Infobae
El video empezó a circular en redes sociales y blogs dedicados a la publicación de información exclusiva sobre narcotráfico. Sin censura alguna, se trataba de la tortura a un hombre por parte de sicarios que se identificaron como integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los más brutales de México.
Al hombre lo mantienen en el piso desnudo y con solo ropa interior, mientras un sicario le pisa la cabeza, otro le abre el pecho con un cuchillo y ante los gritos de la víctima, le responde: “Pa que vean que así somos los jaliscos… los vamos a exterminar a todos”, un tercer sicario le grita “cucarachas”.
“Pura gente del Mencho”, “somos los jaliscos”, “pura nueva generación”, señalan las distintas voces mientras el hombre sangra y el sicario que le abrió el pecho le empieza a sacar los órganos.
Al tiempo que el que le abrió el pecho le saca los órganos y se los empieza a comer, los demás sicarios apuntan al hombre con armas de alto calibre y se empiezan a reír. Le advierten que en un momento llevarán bolsas negras para guardar su cuerpo. El video no será publicado por este medio ante la brutalidad de las imágenes.
En el pasado, el CJNG ha cometido toda una serie de masacres como descuartizamientos y ejecuciones de policías cuyas imágenes hace circular a través de redes sociales.
Aunque testimonios de ex sicarios señalaban esta práctica dentro de la organización criminal, no se había presentado un registro gráfico tan explícito. Se desconoce el lugar o la fecha en la que fue grabado.
Su cabecilla, Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho” es considerado uno de los narcotraficantes más sanguinarios en México y Estados Unidos.
El rito de iniciación
Testimonios de sicarios de los cárteles de Jalisco Nueva Generación y Los Zetas dejan al descubierto cómo para sus ritos de iniciación y festividades el consumo de carne humana es una práctica común.
Por separado, sicarios de estos cárteles relataron cómo después de cortar a sus víctimas en pedazos, en algunos casos en lugar de quemar los cuerpos o arrojarlos a fosas clandestinas, las guardan para preparar alimentos típicos mexicanos.
El 21 de junio de 2017 fueron detenidos en la ciudad de Villahermosa, Tabasco, 12 integrantes de una célula del CJNG, como presuntos responsables del asesinato de cinco personas, de las cuales tres fueron decapitadas.
Trascendió que dos de los detenidos eran menores de edad y habían declarado ante la autoridad que tras ser reclutados por el cártel habían sido obligados a comer carne humana.
La versión fue confirmada por Fernando Valenzuela Pernas, entonces titular de la Fiscalía General de Tabasco (FGE), quien destacó que según los testimonios de los jóvenes, la carne correspondía a un hombre que fue encontrado en la ranchería llamada El Cedro del municipio de Nacajuca, en el mismo estado, sin brazos ni piernas.
Los adolescentes de 16 y 17 años narraron que después de haber torturado al hombre, lo descuartizaron y guardaron en un refrigerador de donde primero tomaban los brazos y después el resto de las extremidades.
Juan Martín Pérez, director de la Red por los Derechos de la Infancia (Redim), una organización que trabaja en algunos casos con niños y adolescentes rescatados del narco, afirma que hasta ahora ninguno de los niños sicarios con los que han trabajado había dado algún testimonio similar.
Sobre los ritos de iniciación “sabemos de varias experiencias en las regiones del país, pero no hemos logrado documentar los testimonios por riesgos de seguridad para los adolescentes. No tenemos esa información y por ahora ningún testimonio lo ha referido”, dijo en su momento a Infobae México.
Desde el surgimiento de Los Zetas, a principios de siglo, empezaron correr versiones sobre el consumo de carme humana por parte de los integrantes de este cártel. Uno de sus fundadores, Heriberto Lazcano, “El Lazca”, era señalado por comer guisos con carne de sus víctimas.
Juan Sánchez Limón, preso en la cárcel de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, confirmó que no sólo era Lazcano, ya muerto, quien consumía carne humana sino que en festejos de la organización criminal se servían platillos típicos mexicanos como tamales, pozole, y tostadas preparados con las partes de sus víctimas.
“He estado en reuniones en las que luego de enjuiciar a alguien y sentenciarlo a la pena de muerte, antes de ejecutarlo le ordena que se bañe a conciencia, incluso que se rasure todo el cuerpo, y lo deja que se desestrese por unas dos o tres horas; hasta les daba una botella de whisky para que se relajen mejor. Después ordena su muerte en forma rápida, para que no haya segregación de adrenalina y la carne no se ponga amarga ni dura” dijo Sánchez Limón al periodista mexicano J. Jesús Lemus Barajas en declaraciones publicadas en su libro Los malditos. Crónica Negra desde Puente Grande.
“He visto que a ‘El Lazca’ le gusta comerla en tamales y cocida en limón, en tostadas, como si fuera carne tártara”, agregó el sicario quien controlaba para el cártel las plazas de Guanajuato, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas y Jalisco.