* El porcentaje de hogares en donde se bebe el líquido proveniente de la compra de garrafones o botella, aumentó poco más de cinco puntos porcentuales en los últimos años
MISAEL ZEÑAY
El 36.7% de los dos millones 114 mil hogares que no tienen servicio de agua de la red pública en el país recurrieron al acarreo del vital líquido como medio de abastecimiento y así cubrir sus necesidades, según los resultados del Módulo de Hogares y Medio Ambiente (Mohoma).
Dicho estudio, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), constituye un proyecto pionero dirigido a generar información sobre la relación que se establece entre la población y el medio ambiente, al nivel de las acciones que se realizan al interior de los hogares y que tienen una conexión con el uso de recursos naturales.
AGUA EMBOTELLADA
El consumo de agua embotellada en México ha generado un mercado de significativas dimensiones, pero también ha incrementado el impacto sobre el medio ambiente si se considera el incremento en la producción, uso y desecho de envases de plástico que esa práctica conlleva.
En este sentido, el Mohoma revela que el porcentaje de hogares en donde se bebe agua proveniente de la compra de garrafones o botella, aumentó poco más de cinco puntos porcentuales en los últimos años, al pasar de 70.8% en 2015 a 76.3% en 2017.
Contra lo que pudiera pensarse el consumo de agua embotellada no es sólo un fenómeno urbano, sino que también ha ido ganando presencia en el ámbito rural, alcanzando en 2017 a casi la mitad de los hogares.
En el particular del levantamiento 2017, en 69.4% de los casos en que se informó el consumo de agua embotellada se mencionó que la población la prefiere por ser más saludable, en tanto que el 19.6% señaló razones ligadas al sabor o color del agua de la red pública.
GASTO
La compra de agua embotellada tiene un impacto de ciertas dimensiones en el gasto de los hogares, ya que a nivel nacional éstos dirigieron 52 pesos, en promedio, cada semana a ese rubro durante 2017. Mientras que el gasto de la red pública ascendió a poco menos de 41 pesos en promedio a la semana.
Dado el extendido consumo de agua embotellada en los ámbitos urbano y rural, el gasto en que se incurre en este renglón no guarda diferencias significativas, ubicándose en 52.6 y 46.4 pesos, respectivamente.
La comprensión e interés en proteger un recurso vital y la oferta de mecanismos o equipos diseñados para reducir el consumo del líquido, entre otros factores, explican que poco menos de la tercera parte de los hogares mexicanos informen contar con excusado de tanque ahorrador de agua, así como el crecimiento de la presencia de regaderas o llaves ahorradoras de agua.
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