Recuperación del empleo y beneficios del gobierno de EU apoyan el flujo
La Jornada
Las remesas hacia América Latina han resistido a las afectaciones económicas de la pandemia de Covid-19 durante la primera mitad del año, pese a pronósticos que anticipaban una caída. Las dirigidas a México, originadas en Estados Unidos, la gran mayoría, son las que mejores números han registrado, de acuerdo con un informe de Oxford Business Group.
A pesar de las predicciones de un desplome significativo a consecuencia del nuevo coronavirus, los envíos de dólares a algunos países latinoamericanos han aumentado tras el brote de la pandemia, resaltó la empresa global de investigación y asesoría.
Según datos oficiales, en los primeros seis meses del año las remesas a México alcanzaron 19 mil 100 millones de dólares, un aumento anual de 10 por ciento. Dicha cantidad incluye un récord de 4 mil millones de dólares registrados en marzo, mes en el que el virus se detectó por primera vez en el país.
En Guatemala, El Salvador y Honduras, datos positivos
No obstante, resaltó Oxford Business Group, no sólo México ha tenido registros positivos en remesas durante la pandemia, dado que también se ha observado una tendencia al alza en países centroamericanos como Guatemala, El Salvador y Honduras.
Lo anterior contrasta con las predicciones hechas en abril por el Banco Mundial, de que las remesas a los países de ingresos bajos y medianos se reducirían en promedio 19.2 por ciento en 2020 por la pandemia de Covid-19, y sería el descenso más pronunciado desde que hay registros. De acuerdo con Oxford Business Group, en Guatemala, las remesas aumentaron 1.4 por ciento anual entre enero y ju-lio de 2020, respecto de igual periodo de 2019.
Si bien una caída de las transferencias en abril afectó a la cifra general, las remesas en junio y julio aumentaron 9.2 por ciento y 13.8 por ciento anual, respectivamente, y la tendencia alcista es positiva para el resto del año, señaló el organismo, respecto de Guatemala.
En tanto, en El Salvador, aunque las remesas acumuladas se redujeron 4.7 por ciento anual durante los primeros meses del año, en gran parte debido a una caída de 40 por ciento en abril, se han recuperado con fuerza hasta un crecimiento anual récord de 9.8 por ciento y 14.1 por ciento en junio y julio, respectivamente.
Asimismo, los envíos de divisas por parte de trabajadores migrantes hacia Honduras se redujeron 3.3 por ciento entre enero y julio, lo que es producto de una caída significativa en abril. Sin embargo, el país registró un crecimiento anual de 15.2 y 1.2 por ciento en junio y julio, respectivamente.
Tendencia mundial desigual
El desempeño de México y algunos países de Centroamérica en la recepción de remesas ha sorprendido, debido a que los pronósticos indicaban que la recesión económica y la situación de salud dejarían a muchos migrantes sin trabajo o, en algunos casos, los obligarían a regresar a sus países de origen. Según Oxford Business Group, aunque las remesas a países latinoamericanos han sido crecientes, la tendencia global es desigual. Por ejemplo, Bangladesh y Pakistán recibieron entradas históricas, mientras Filipinas, Tayikistán y Brasil han experimentado caídas de dos dígitos en los flujos de remesas desde el brote del virus.
Si bien las razones de esta discrepancia mundial no están aún claras, una posible explicación de las cifras positivas de algunos países de América Latina es que una gran proporción de los trabajadores extranjeros reside en Estados Unidos. De hecho, según Pew Research, México es el mayor receptor de remesas provenientes de Estados Unidos. Guatemala, El Salvador, República Dominicana y Honduras se encuentran entre los 10 primeros, menciona el reporte de Oxford Business Group.
Aunque la tasa de desempleo de los latinoamericanos nacidos en el extranjero residentes en Estados Unidos, 13.5 por ciento, fue ligeramente superior a la media nacional del 11.2 por ciento en junio, muchos migrantes trabajan en sectores con una fuerte demanda, como la construcción, el comercio minorista y la agricultura.
Además, se cree que gran parte de la fuerza laboral hispana de Estados Unidos ha sido elegible para recibir los beneficios del paquete federal de desempleo del gobierno estadunidense, lo que permite a los trabajadores seguir enviando dinero a casa, añadió.
Otro factor es el cambio en el valor de las monedas. Por ejemplo, el peso mexicano ha perdido alrededor de 19 por ciento frente al dólar desde finales de febrero, lo que significa que cualquier remesa enviada en los últimos meses ha tenido un valor inflado en México, agregó.