Al contrario de lo que ocurre con los terremotos, la inmensa mayoría de las erupciones volcánicas presentan señales (precursores) que permiten activar protocolos de evacuación oportunos. La capacidad de reacción ante una alerta sísmica convencional es de apenas 50 segundos.
En contraste, previsiones derivadas del trabajo científico en erupciones, como la del volcán Pinatubo en Filipinas, han logrado salvar la vida de miles de personas. En este caso una exitosa evacuación masiva de medio millón de habitantes se produjo días antes de una violenta explosión del volcán el 15 de junio de 1991.2
Un primer indicador de una erupción volcánica es su actividad sísmica. Ésta puede ser analizada por medio de una red de sismógrafos de alta sensibilidad, como la que se encuentra instalada alrededor del Popocatépetl. Evidentemente, un sólo sismógrafo es insuficiente para anticipar con oportunidad este tipo de fenómeno destuctivo.3
La vigilancia de ‘Don Goyo’ también se realiza por medio de monitoreo geodésico, el cual detecta posibles ‘regiones infladas’ debidas a aumentos de presión interna del volcán (como en los tubos de papas fritas). Adicionalmente, debido a que la geografía del coloso es compleja, también se realizan estudios diarios de la composición de gases emitidos desde el cráter, lo cual permite anticipar con días las erupciones.4
Si bien el costo de adquisición y manutención de los equipos de monitoreo es significativo, es indispensable considerar su enorme valor en función de su capacidad de prevenir tragedias como la ocurrida en Guatemala. En el caso de México, las evacuaciones que anteriormente han sido organizadas en las faldas del Popocatépetl se han efectuado siempre que el riesgo ha comenzado a ser significativo, privilegiándose la seguridad física de la población.5
La cultura de manejo de catástrofes naturales trasciende a historias populares del tipo ‘Pedro y el Lobo’. El ‘Pedro’ del cuento realizaba bromas malintencionadas; mientras que los responsables de los centros de prevención operan protocolos científicamente sustentados para enfrentar situaciones de vida o muerte.
Es decisión de cada gobierno reunir y utilizar toda tecnología disponible para salvaguardar la integridad de su población, y también el aprovechar al máximo los medios de comunicación disponibles para que la ciudadanía aplique su conocimiento ante fenómenos naturales catastróficos.
Referencias:
1 A. Sandoval-Villalbazo, La actividad actual del Popocatépetl: certidumbres e incertidumbres, Prensa Ibero, 2 de agosto de 2016.http://ibero.mx/prensa/la-actividad-actual-del-popocat-petl-certidumbres…
2 Una descripción de los trabajos científicos y de evacuación del volcán Pinatubo puede encontrarse en el artículo de Stephanie Pappas: Pinatubo: Why the Biggest Volcanic Eruption Wasn’t the Deadliest, Live Science, June 15th, 2011.
https://www.livescience.com/14603-pinatubo-eruption-20-anniversary.html
3 Nsikan Akpan, What made Guatemala’s Fuego Volcano eruption so deadly?, PBS Science, June 5th, 2018
https://www.pbs.org/newshour/science/what-made-guatemalas-fuego-volcano-…
4 El sistema de monitoreo del tipo de gases que emite el Popocatépetl se encuentra descrito en el artículo de la periodista Nelly Acosta Vázquez: Así vigila Gas-Man la actividad del venerable volcán Popocatépetl, publicado por el Huffingtonpost el 1 de junio de 2017.
https://www.huffingtonpost.com.mx/2017/06/01/asi-vigila-gas-man-la-activ…
5 Para el caso del volcán Popocatéptl, la información de monitoreo y alerta está disponible públicamente en la dirección electrónica del CENAPRED: http://www.cenapred.gob.mx:8080/monitoreoPopocatepetl/
En este contexto, también puede consultarse la nota de prensa:https://www.infobae.com/america/america-latina/2018/06/05/el-gobierno-de…
*Dr. Alfredo Sandoval Villalbazo, coordinador del Programa de Servicio Departamental de Física del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Investigador Nacional Nivel II (SNI).
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Vía Desinformémonos