Y ME ELEGÍ GOBERNADOR O GOLPE DE ESTADO LEGISLATIVO
ÉDGAR HERNÁNDEZ RAMÍREZ
El diputado local chiapaneco Willy Ochoa, antes de las elecciones de julio aspiraba a ser legislador federal, alcalde de Tuxtla Gutiérrez y hasta hace poco también senador de rebote. No se le dio ninguna de las tres opciones, pero resulta que ya es gobernador. Fue innecesario hacer campaña y esperar el trámite de las urnas. Desde el Congreso y en un lapso de tres horas en que el estado quedó vacío de poder, se eligió a sí mismo como jefe del Ejecutivo.
Ochoa tomó protesta hoy como gobernador provisional. Quien operó y defendió las reformas constitucionales para que Manuel Velasco pueda regresar como gobernador sustituto a terminar su mandato de seis años, ya es el nuevo mandatario. Ochoa encabezó la Comisión Permanente del Congreso local que recibió la solicitud de licencia definitiva de Velasco para poder asumir su curul en el Senado de la República; estuvo al frente de la sesión en la que fue aprobado el documento y de la comisión que luego se declaró en receso para deliberar sobre los “prospectos” posibles para la urgente designación. A media madrugada reaparecieron los integrantes de la Comisión Permanente para anunciar que no encontraron mejor opción que uno de sus miembros, ni más ni menos que su presidente… Willy Ochoa. Así se consumó una de las más graves aberraciones legales y políticas ocurridas en Chiapas, fomentadas por los intereses perversos del gobernador Velasco y solapadas por quienes dicen ser representantes de los chiapanecos y fieles observadores de la ley. ¿Cómo es que se puede reformar la Constitución para beneficio propio? ¿Cómo es que a quien le toca la responsabilidad de designar a un nuevo gobernador se puede autoproponer a sí mismo; y, lo peor, que se le dé el nombramiento?
Cualquier parecido a un golpe de Estado es pura coincidencia. ¿Habrá castigo a estos flagrantes actos de inmoralidad política y de violación a la ley?
