La dexametasona se ha utilizado desde la década de los 60 del siglo pasado para reducir la inflamación en diversas enfermedades, incluyendo en pacientes con cáncer, y desde 1977 se encuentra en la lista de medicinas esenciales de la OMS, por lo que no está sujeto a patente y por ello es disponible con facilidad en todo el mundo.
Ginebra, 17 jun (EFE).- La Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró hoy los progresos conseguidos en Reino Unido con el uso de dexametasona, un fármaco barato y de fácil acceso en todo el mundo, para tratar a pacientes críticos de COVID-19, y felicitó a la Universidad de Oxford y el Gobierno británico por el hallazgo.
“Es el primer tratamiento que ha mostrado ser capaz de reducir la mortalidad en pacientes con COVID-19 que requirieron oxígeno o ventilación”, destacó en un comunicado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien extendió su felicitación a los hospitales británicos “que contribuyeron a este descubrimiento científico para salvar vidas”.
La organización con sede en Ginebra se hizo eco de los estudios publicados este martes por la Universidad de Oxford en los que se indica que la mencionada dexametasona, un esteroide, ha reducido en hasta un tercio la mortalidad de pacientes con respiradores y en un quinto la de los que necesitaron oxígeno.
La OMS recalcó que estos buenos resultados sólo se han observado en pacientes graves.
La dexametasona se ha utilizado desde la década de los 60 del siglo pasado para reducir la inflamación en diversas enfermedades, incluyendo en pacientes con cáncer, y desde 1977 se encuentra en la lista de medicinas esenciales de la OMS, por lo que no está sujeto a patente y por ello es disponible con facilidad en todo el mundo.
La OMS señaló que coordinará análisis de los resultados para mejorar la información sobre el tratamiento y actualizará sus guías clínicas de actuación para el cuidado a pacientes con COVID-19, una enfermedad que ha afectado a casi ocho millones de personas en el planeta.
Según estimaciones de los investigadores británicos, si ese fármaco hubiera estado disponible desde el principio de la pandemia, se habrían podido salvar hasta 5 mil vidas en el Reino Unido (donde han fallecido más de 40 mil durante la pandemia).
DEXAMETASONA CONTRA COVID-19
En cuanto a los que precisan de una abordaje de la enfermedad con oxígeno, el fármaco dexametasona reduce las muertes en una quinta parte, de acuerdo con estos hallazgos.
Esta medicina es una de las que se están empleando en el considerado mayor ensayo clínico del mundo, donde se experimenta con tratamientos existentes para otros males con el objetivo de ver si también funcionan para combatir el coronavirus.
Además, debido a su bajo coste, consideran que podría ser muy beneficioso en los países pobres que afrontan grandes números de enfermos de COVID-19.
Aproximadamente 19 de cada 20 pacientes que se infectan de coronavirus mejoran sin tener que ser hospitalizados, recuerda el estudio.
De aquellos que han de ser ingresados en un centro médico, la mayoría también experimenta una mejoría, si bien algunos podrían necesitar oxígeno o ventilación mecánica. Estos últimos, según el estudio, son los considerados pacientes de alto riesgo a los que la Dexametasona parece ayudar.
¿QUÉ ES LA DEXAMETASONA?
De acuerdo con el sitio especializado MedlinePlus.gov, la dexametasona es un corticosteroide, es decir es similar a una hormona natural producida por las glándulas suprarrenales. “Por lo general, se usa para reemplazar este producto químico cuando su cuerpo no fabrica suficiente. Alivia la inflamación (hinchazón, calor, enrojecimiento y dolor) y se usa para tratar ciertas formas de artritis; trastornos de la piel, la sangre, el riñón, los ojos, la tiroides y los intestinos (por ejemplo, colitis); alergias severas; y asma. La dexametasona también se usa para tratar ciertos tipos de cáncer”.
La dexametasona tiene años en el mercado farmaceútico, y por ello los especialistas advierten que, sin la recomendación de un médico, puede causar efectos secundarios como malestar estomacal, irritación grave del estómago, vómitos, cefalea (dolor de cabeza), mareos insomnio, agitación, depresión, ansiedad, acné, facilidad para desarrollar moretones y menstruaciones irregulares o ausentes, entre otras.