MIGAJAS PARA EL PRD
ÉDGAR HERNÁNDEZ RAMÍREZ
Dice César Espinosa Morales, dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática en Chiapas, que durante el próximo gobierno serán «una oposición responsable», que apoyará a Morena en temas por los que han luchado juntos y que será una oposición «dura» cuando «los intereses de los chiapanecos estén de por medio».
Más que una auténtica postura partidista frente a la nueva administración, la declaración de Espinosa es una estrategia de sobrevivencia, un mensaje al gobernador electo Rutilio Escandón, de que su apoyo será incondicional.
No puede ser de otra forma porque esa ha sido la naturaleza del PRD en los últimos años. En todo el sexenio de Manuel Velasco, ser «oposición responsable» significó silencio cómplice ante los yerros del gobernador, la ineficiencia y la corrupción descarada.
Tener una oposición vigilante es muy sano para la democracia, pero ese papel no lo puede desempeñar hoy a cabalidad el PRD. No puede porque su peso político será insignificante y porque todas sus banderas sociales le fueron arrebatadas por Morena. Aliarse con el PAN y apoyar a un expriista como candidato a gobernador, resultó un pésimo negocio.
Con una mínima presencia en el estado, con pocos recursos económicos y huérfano de sus postulados programáticos, no le queda más que orbitar en torno al poder en busca de migajas.
