SIN FUERO
Los cantos religiosos y oraciones que con regularidad se escuchaban en la casa de Emanuel Neyser Argueta Molina, en el municipio de Coapilla, se convirtieron en gritos de alaridos y terror. La tragedia enlutó a este municipio pues dos menores de edad, y una mujer habían sido masacrados a cuchilladas. El esposo y padre, presunto culpable, había intentado quitarse la vida, pero para su mala suerte, no murió. Lo atienden en el hospital Gilberto Gómez Maza, de la capital chiapaneca.
No se conocen los motivos de la masacre. Lo cierto es que a Emanuel, de 35 años de edad, los doctores le intentan salvar la vida para conocer la historia de este fatal desenlace.
Los hechos sangrientos se registraron en el barrio San Isidro. La autoridad ministerial narra que los cuerpos de los dos pequeños de 3 y 4 años de edad, yacían sin vida sobre la cama, atravesados; a un costado, con los pies colgando del colchón, la madre de éstos, María del Carmen Calvo, de 29 años, su cuerpo inerte mostraba las huellas de la batalla.
Un niño de ocho años, hijo de la pareja, logró escapar de la masacre.
“Comenzamos a escuchar gritos, golpes, pedían ayuda, y encontramos a Neyser clavándose un cuchillo en el pecho, y decía que había cometido el crimen para ayudar a su familia”, expresaron los familiares.
