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Óscar Sánchez: el ciclista altruista

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Óscar concientiza a la gente para que haga deporte, con lo que él considera su mejor herramienta: la bicicleta. Con su equipo también realiza altruismo repartiendo juguetes.


Texto: Itzel Urieta Fotografía: José Miguel Sánchez


Iguala

Óscar Sánchez y sus compañeros de equipo de ciclismo Yohuala reparten juguetes a niños de la colonia El Pueblo de Israel, ubicada en la comunidad de El Tomatal, a sólo 40 minutos de Iguala.

La colonia carece de todos los servicios. A la gente le hace falta, sobre todo, agua. Las casitas de cartón están en una zona rural, muy alejada casi de todo.

Desde la entrada se ven las calles llenas de polvo. No hay Centro de Salud ni escuelas. La gente vive con menos del salario mínimo al día.

Son los primeros días del 2020. Aunque es invierno, en este mediodía en Ia región Norte del estado el calor es sofocante. El aire en ocasiones levanta nubes de polvo, y de entre ese nubarrón salen los tres ciclistas: el líder Óscar Sánchez, Ian Carlo y Marcos Rodríguez.

Los tres ciclistas conocen a los habitantes de El Pueblo de Israel, porque acá vienen a entrenar. No son ajenos a la comunidad. Este día vienen a repartir juguetes y a darles un poco de tranquilidad a los niños que no reciben nada durante las fiestas decembrinas.

Kilómetros a kilómetros

Óscar es originario de Tecpan y actualmente vive en Chilpancingo, es un joven que a través de su proyecto llamado Kilómetros a kilómetros recorre el estado e invita a diversos clubes de ciclismo a hacer altruismo. Quiere hacer del este deporte más que una actividad personal, un mecanismo de ayudar a los demás. Intenta transmitir esa filosofía a sus compañeros.

Con el equipo ciclista Yohuala hace esta primera actividad con la que pretende devolver esperanza.

¿Cómo decidió Óscar venir dar juguetes cada año?

Un día Óscar decidió regalar algunas cosas de su hija, como ropa y juguetes. Se dirigió a una de sus rutas habituales para entrenar: Zacazonapan, una comunidad del municipio de Chilpancingo, ubicada entre las poblaciones de Tixtla y Mochitlán.

Ahí se dio cuenta que las cosas que llevaba sólo las podían usar niñas de la talla de su hija. No tenía opciones para tantos niños. Entonces, comenzó a gestionar y repartir juguetes y  ropa se propuso seguir haciendo la colecta en buen estado. Cada inicio de año las reparte. Comenzó en 2019.

La colecta de juguetes tiene una premisa para Óscar Sánchez. “Qué haces con lo que haces”, a través de esa frase, Óscar quiere mediante del ciclismo y el deporte ayudar a los demás, es por eso que las rutas que él recorre para entrenar las quiere utilizar también para ayudar, específicamente a los niños.

El pasado 6 de enero Óscar fue a repartir juguetes a llanos de Tepoxtepec, una ruta muy cotidiana para él, y la cantidad de niños lo inspiró a seguir repartiendo juguetes.

Arcelia en la región de Tierra Caliente fue su segundo destino para la entrega de juguetes, debido a otros compromisos Óscar no pudo asistir a esta ciudad, pero también fue mediante un grupo de amigos deportistas de esa ciudad que envió los juguetes para que fueran repartidos.

Arcelia es un municipio de la región tierra caliente, donde el clima de inseguridad que hay es muy alto debido a los grupos delincuenciales que operan en la región.

Un eco que ha marcado esa región y en especial a Arcelia es que la actividad económica de la localidad ha colapsado, diferentes negocios que no pagan su cuota los han saqueado grupos de civiles armados, y no solo a las pequeñas empresas, en 2018 la planta de Coca Cola que surte a la región fue cerrada, debido a amenazas de grupos de la delincuencia.

El por qué están repartiendo juguetes en “El pueblo de Israel” es porque es la ruta que Yohuala, equipo de ciclistas que lo acompaña en esta entrega recorren para entrenar, es el comienzo de su ruta de entrenamiento, de ahí parten y recorren varios kilómetros a modo de rutina.

El pueblo de Israel. Es la colonia más alejada de la comunidad “El tomatal” que es zona conurbada de Iguala, donde en 2014 ocurrió la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Al día siguiente de los ataques contra los normalistas –ocurridos el 26 de septiembre de 2014.

A pesar de ello, durante los últimos años, el número de asesinatos, y otros delitos vinculados con el crimen organizado en Iguala ha ido en aumento.

Según los registros del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2015, el primer año que Iguala fue vigilada por fuerzas estatales y federales, en esta localidad fueron asesinadas 105 personas, lo que representa un incremento de 45 por ciento en el número de homicidios, con respecto al año anterior; las muertes por arma de fuego, por ejemplo, se incrementaron un 136 por ciento.

La situación no ha mejorado desde entonces, pero al pequeño equipo no le parece esto importante.

Son dos sus objetivos principales al realizar la entrega de juguetes: uno, generar conciencia en las comunidades que recorren él y sus compañeros ciclistas, ya que muchas veces, las persones no tienen conciencia con respecto al ciclismo, y en ocasiones les avientan los perros, o los ven como extraños. Y el segundo es hacer que sus amigos ciclistas y de otras áreas del deporte aprendan a compartir.

Las inspiraciones de Óscar

Óscar Sánchez es originario de Tecpan, es el último hijo de 15 hermanos, y asegura que su filosofía de solidaridad se la debe a su madre, “Ella tenía una característica, que lo que hacía de comer ella siempre iba y se lo daba al vecino, y yo le preguntaba, ¿mamá por qué haces eso? Y me respondió: Mira hijo, esto yo no lo hago por mí, yo lo hago por ustedes, espero que en la vida nunca les falte nada”.

“Y eso es una enseñanza, que me dio mi madre, que lo que das ahorita de corazón, algún día se le va a retribuir a alguien de tu generación. Y entonces a mi quedo ese lema, y hago todo esto, para que a mi hija nunca le falte nada”.

Óscar practica deportes desde los 8 años, fue a esa edad cuando inició en el karate, “Mi papá fue una persona que le gustaban los negocios, y puso un bar, y después mis hermanos comenzaron a poner bares, y a mí no me gustó, pero cerca del restaurant de mi padre había una escuela de karate, y yo decía quiero ir a la escuela de karate, pero él me decía, no mejor ponte a trabajar.

“Fue un 30 de abril cuando mi papá me regalo unos walkie talkies, al llegar al restaurante de mi papá, vi a una de las meseras y le vendí los walkie talkies, con ese dinero fui y me inscribí a la escuela de Karate”.

Fue ahí donde comenzó su amor por el deporte, a partir de ese momento, Oscar entro al mundo del karate, lo que lo llevo en 2004 a ser seleccionado nacional de karate y actualmente tiene una escuela de karate en Chilpancingo de nombre “Pumas Dojo Karate Do”, donde sus alumnos han ido a competencias estatales y nacionales.

Gracias al karate y en especial al ciclismo que un día se decidió a recorrer el estado en bicicleta. Conoció sus paisajes y cosas bonitas, también las carencias que algunas personas tienen, entonces tomó la iniciativa de hacer algo. En noviembre del 2019 convocó a sus amigos, conocidos y papás de sus alumnos de su escuela de karate a realizar una colecta de juguetes donde logró recaudar más de 200 para llevarlos a comunidades, donde además de tener carencias, también son su ruta para practicar ciclismo.

“Me queda como enseñanza que a través del deporte podemos hacer infinidad de cosas”

El amor por su hija también lo impulsa a ser una mejor persona, y quiere dejar en ella marcada esa enseñanza de compartir.

Óscar ha realizado mediante gestiones y con grupos de amigos otras actividades altruistas, el año pasado logró recolectar mochilas y útiles escolares que fueron repartidos en Chilpa de Álvarez, donde tiene pensando regresar el próximo ciclo escolar.

Óscar da a conocer sus actividades de kilómetros a kilómetros es su página de Facebook y ahí publica donde repartirá juguetes o cualquier otra actividad. Invita a todos a sumarse, acompañándolo o donando algún juguete.

Piensa seguir realizando diversas actividades en apoyo a los demás, piensa realizar su segunda colecta de mochilas y útiles escolares y buscar que grupo de niños de la región Montaña conozcan el mar, esto debido a una petición de una maestra de ese lugar que le contó que los niños no conocían el mar; esa, es su próxima parada.

“Quizá en un futuro, a ese niño al que se le dio un juguete puede que lo impulse a ser reciproco con la vida”.

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