MANUEL MONROY
Según la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL), el 64.5% de las mujeres experimentó al menos un acto de violencia psicológica realizada o permitida por la policía o autoridad después de la detención y antes de llegar a la Agencia del Ministerio Público o juez de lo penal.
El documento señala que las mujeres privadas de la libertad enfrentan condiciones de extrema vulnerabilidad debido a que las políticas penitenciarias carecen de enfoque de género y las prisiones fueron diseñadas por y para los hombres.
La información subraya que el porcentaje de mujeres privadas de la libertad a quien le amenazaron con hacerle daño a su familia (29.9%) y le presionaron para denunciar a alguien (27.5%) es mayor que el de hombres (21.2 y 21.5%, respectivamente) en 8.7 y 6.0 puntos porcentuales.
En cambio, situaciones como le vendaron los ojos o cubrieron la cabeza para que no viera y le desvistieron, fueron ejercidos en mayor porcentaje contra hombres que contra mujeres.
En cuanto a la violencia física, 48.6% de la PPL vivió alguna agresión física realizada o permitida por la policía o autoridad después de su detención y antes de llegar al Ministerio Público o juez de lo penal.
Aunque el porcentaje de mujeres que vivió este tipo de violencia (39.8%) es menor que el de hombres (49.1%), la proporción de actos de violencia sexual en su contra es mayor. El porcentaje de mujeres que vivió situaciones como le agredieron mediante acoso sexual, manoseo, exhibicionismo o intento de violación (15.5%) fue cinco veces mayor que el de hombres (3.2%).
El porcentaje de mujeres (4.8%) que fue obligada mediante violencia física o amenaza a tener una actividad sexual no deseada (violación sexual) fue 2.5 veces mayor que el de hombres (1.9%).
En contraste, los porcentajes de hombres a quienes le lastimaron sus órganos sexuales mediante golpes, descargas eléctricas, aplastamiento, cortaduras o introducción de objetos (11.4%) y le hirieron por el disparo de un arma de fuego (lesiones por arma de fuego) (1.9%) fueron 2.5 y 2.4 veces mayor que los de mujeres (4.6 y 0.8%, respectivamente).