La Jornada
Río de Janeiro, Brasil. La Cumbre del G20 arrancó con el lanzamiento, de parte del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de la Alianza Mundial contra el hambre y la pobreza, al señalar que “el mundo está peor” que en 2008, cuando se dio el primer encuentro entre las principales economías del orbe, por la cantidad de personas en pobreza, las que sufren hambre y el número de conflictos armados.
En su discurso de apertura, resaltó que, de acuerdo con la FAO, “en 2024 viviremos con un contingente de 733 millones de personas que todavía están desnutridas. Es como si las poblaciones de Brasil, México, Alemania, Reino Unido, Sudáfrica y Canadá, juntas, estuvieran muriendo de hambre. Son mujeres, hombres y niños, cuyo derecho a la vida y a la educación, al desarrollo y a la alimentación son vulnerados diariamente”, resaltó.
Reprochó: “en un mundo que produce casi 6 mil millones de toneladas de alimentos al año, “esto es inaceptable. En un mundo cuyo gasto militar alcanza los 2,4 billones de dólares, esto es inaceptable.”, destacó.
Lula da Silva aseguró que comparado con hace 16 años, “tenemos el mayor número de conflictos armados desde la Segunda Guerra Mundial y el mayor número de desplazamientos forzados jamás registrado. Los fenómenos meteorológicos extremos muestran sus efectos devastadores en todos los rincones del planeta; las desigualdades sociales, raciales y de género se están profundizando a raíz de una pandemia que se ha cobrado más de 15 millones de vidas. El símbolo supremo de nuestra tragedia colectiva es el hambre y la pobreza”, dijo.
Afirmó que el hambre y la pobreza no son el resultado de la escasez o de fenómenos naturales. El hambre, como dijo el científico y geógrafo brasileño Josué de Castro, `es la expresión biológica de los males sociales´. Es producto de decisiones políticas, que perpetúan la exclusión de gran parte de la humanidad. El G20 representa el 85 por ciento del PIB mundial de 110 billones de dólares”.
También, añadió, “ representa 75 por ciento de los 32 billones de dólares en comercio de bienes y servicios, y dos tercios de los 8 mil millones de habitantes del planeta.
Corresponde a quienes están sentados en esta mesa tener la tarea urgente de poner fin a este flagelo que avergüenza a la humanidad”, subrayó.
Indicó que su mayor legado como G20 será la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. “No se trata sólo de hacer justicia. Esta es una condición esencial para construir sociedades más prósperas y un mundo de paz”.
El presidente brasileño que con la alianza “articularemos recomendaciones internacionales, políticas públicas efectivas y fuentes de financiamiento”, como hicieron en Brasil, donde “con la participación activa de la sociedad civil, diseñamos e implementamos programas de inclusión social, promoviendo la agricultura familiar y la seguridad alimentaria y nutricional, como nuestra Bolsa Família y el Programa Nacional de Alimentación Escolar”.
Asimismo, destacó, “logramos salir del Mapa del hambre de la FAO en 2014, al que regresamos en 2022, en un contexto de desarticulación del Estado de bienestar.
Con tristeza, al regresar al gobierno, encontré un país con 33 millones de personas hambrientas”, reprochó.
Sostuvo que en un año y once meses, “el regreso de estos programas ya ha sacado de la pobreza extrema a más de 24,5 millones de personas. Para 2026, saldremos nuevamente del Mapa del Hambre.Y con la Alianza haremos mucho más.Aquellos que siempre han sido invisibles estarán en el centro de la agenda internacional”.
El mandatario detalló en la cumbre del G20 que ya se cuenta con “la membresía de 81 países, 26 organizaciones internacionales, 9 instituciones financieras y 31 fundaciones filantrópicas y organizaciones no gubernamentales”.
La alianza, añadió, “ nació en el G20, pero su destino es global. Que esta cumbre esté marcada por la valentía de actuar. Por eso quiero declarar oficialmente lanzada la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza”.
En la mesa donde se aborda este tema, participará la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.