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El canciller venezolano, Yván Gil, participó este miércoles en el debate del 79.º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, que se realiza esta semana en Nueva York, con un discurso centrado en señalar los abusos perpetrados por EE.UU. y la Unión Europea (UE) contra la soberanía de los países que no están alineados a sus políticas.
«Hemos escuchado en esta Asamblea dos narrativas: una, el discurso de los oligarcas y sus satélites, que pretenden gobernar el mundo, y otra, la de los pueblos que luchan por defender su soberanía e independencia», acusó el diplomático al inicio de su comparecencia.
En su decir, los primeros están «dirigidos por el Gobierno de los EE.UU. y arremeten contra la Carta de las Naciones Unidas» con el propósito de «destruir» la organización por medio de «corporaciones privadas, organizaciones no gubernamentales y otro tipo de estrategias para desconocer la soberanía de los estados», bajo la denominación de «un orden basado en reglas».
Resurrección del fascismo y el nazismo
A esto añadió que «las oligarquías recurren a expresiones políticas» que se habían dado por superadas, «como el fascismo y el nazismo». «Estas corrientes políticas de imposición y dominación impulsan el supremacismo blanco, el racismo, la xenofobia y otras expresiones, normalizadas con el apoyo de grandes monopolios de la mediática internacional y las redes sociales, que se encuentran al servicio del imperialismo y el neocolonialismo», consideró.
Desde su punto de vista, una expresión de estas formas políticas lo constituyen los bombardeos sobre Gaza, cometidos «con complicidad de los gobiernos de EE.UU. y la UE. «Se comete el mayor crimen de exterminio y genocidio desde aquel perpetrado por Hitler en la II Guerra Mundial», valoró.
«Pretenden llevar la guerra a Rusia»
Señaló además que «Israel se ha convertido en una maquinaria de muerte que debe ser detenida de inmediato, pero, en lugar de parar la masacre y juzgar a los responsables, los poderosos insisten en expandir la guerra a Europa y a otras partes del mundo a través de bloques militares como la OTAN».
De esta manera, en sus críticas a los conflictos aupados por la Alianza Atlántica, Gil aseguró que «después de la derrota de Ucrania en su aventura nazi, pretenden ahora llevar la guerra y el terrorismo a la gran Rusia, la cual, como nos ha enseñado la historia, siempre saldrá victoriosa».
A su parecer, estas políticas «también amenazan la paz de América del Sur, con la instalación de bases militares», con «la complicidad de los gobiernos lacayos de la Argentina y el Ecuador».
Difusión del odio
En el parecer del titular de Exteriores de Venezuela, desde EE.UU. se estimula la propalación de discursos de odio y se promueve «el terrorismo en sus diversas manifestaciones», que incluyen la planificación de «atentados, intentos de magnicidio, desestabilizaciones y agresiones contra los pueblos soberanos».
«Para ello, han recurrido al uso de tecnologías de la información y las comunicaciones, especialmente las redes sociales, controladas por los testaferros del imperio, quienes fabrican guerras psicológicas dirigidas a explotar los sentimientos de odio y destrucción sin ningún tipo de control», abundó.
Fin de las sanciones y bloqueos
Gil reiteró nuevamente el rechazo de Caracas «la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contra pueblos enteros por parte de EE.UU. y la UE», sobre la base de que son contrarias a lo establecido en la Carta de la ONU y a lo estipulado en el derecho internacional.
«Estas medidas se constituyen en violaciones en masa a los derechos humanos, incluyendo el derecho al desarrollo, así como en verdaderos crímenes de lesa humanidad», lamentó, antes de exigir el «levantamiento completo, inmediato e incondicional de todos los regímenes de […] sanciones y bloqueos que hoy son aplicados contra más de un tercio de la humanidad».
Golpe de Estado continuado
En este marco, el canciller de Venezuela se refirió al «golpe de Estado continuado» al que ha sido sometido su país, que se inscribe en «un gran plan de recolonización» que pretende «destruir» la república por cualquier medio y que se ha traducido en pérdidas por el orden de los «642 millardos de dólares» en los últimos siete años, más perjuicios en la estatal Petróleos de Venezuela y sobre «importantes activos».
«Para la ejecución de ese plan –que estaría liderado por Washington–, todas las opciones han estado y siguen estando sobre la mesa», alertó.
En particular, mencionó un ataque con mercenarios organizado desde territorio estadounidense para deponer al Gobierno del presidente Nicolás Maduro que recibió amplia difusión en las redes sociales, sin que el hecho fuera condenado por ese país o entidades de la ONU.
«Es pertinente subrayar la obligación que tienen los estados de garantizar que su territorio no sea utilizado para financiar, planificar, facilitar o cometer actos de desestabilización a través de recursos a mercenarios y terroristas […]. Exigimos al Gobierno estadounidense que cumpla sus obligaciones internacionales en esta materia», demandó.