El Economista
Tabasco fue la entidad del país que más redujo su deuda pública durante el segundo trimestre del 2024, en 22.7%, de acuerdo con cifras reportadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Baja California Sur e Hidalgo fueron las otras dos entidades que disminuyeron su deuda a dos dígitos, con 12.8 y 10.5% respectivamente. Sin embargo, sobresale que a excepción de Guerrero, los estados del sur-sureste de México presentaron menores obligaciones financieras.
Al corte del segundo trimestre, la deuda subnacional de los gobiernos estatales se ubicó en 659,964 millones de pesos, lo que implicó un aumento interanual de 3.6%; de las cuales, 17 bajaron sus montos de deuda, lo cual va en sintonía con la entrada en vigor de la Ley de Disciplina Financiera en el 2017.
Las políticas fiscales más estrictas para las entidades que se han aplicado durante los últimos años, están enfocadas en la contención del gasto público y la optimización de los ingresos, con el objetivo de limitar el nivel de endeudamiento y garantizar una mayor sostenibilidad financiera, explicó Héctor Magaña, analista de finanzas públicas.
“El enfoque proactivo hacia la gestión de recursos ha sido fundamental para reducir la necesidad de recurrir a mayores niveles de endeudamiento. Adicionalmente, hay un efecto generalizado en las entidades del sur-sureste del país en cuanto a la disminución de deuda, esto responde a las inyecciones de capital para los grandes proyectos federales”, amplió.
En el caso de Tabasco, donde se erigió el proyecto de la refinería de Dos Bocas, sigue habiendo un efecto positivo en cuanto a la deuda, pues su reducción se relaciona con los ingresos presupuestarios generados por la obra.
Este efecto se extiende a los estados por los que atraviesa la ruta del Tren Maya: Yucatán redujo su deuda en 6.9% anual, Campeche 5.6%, Quintana Roo 3.4%, y Chiapas 2.1%, a la primera mitad de 2024.
Veracruz y Oaxaca, donde se realizan las obras del Corredor Interoceánico, redujeron su deuda en 2.3 y 2.2% respectivamente. “Los proyectos estratégicos de infraestructura y desarrollo social en la región, además de estimular la actividad económica local, también han mejorado la recaudación fiscal”, añadió el especialista, “reduciendo la dependencia de financiamiento externo y fortaleciendo la autonomía financiera de los estados”.
La única excepción en la región sur-sureste es Guerrero, que aumentó su deuda en 31.6% anual, la entidad enfrenta todavía labores de reconstrucción y recuperación luego del impacto del huracán Otis, en octubre del 2023, aunque “es probable que los recursos destinados a la reconstrucción hayan sido cubiertos en gran parte por transferencias federales o programas de emergencia” la entidad se ubicó en tercera posición de las que más aumentaron su deuda.
En el caso de Baja California Sur, se observó un crecimiento en la llegada de nuevas inversiones extranjeras durante el periodo con 249.8 millones de dólares, principalmente enfocadas en desarrollos turísticos, además la entidad reportó inversiones por 2,174 millones de pesos en infraestructura vial en los últimos tres años.
Las alzas
Entre los 14 estados que crecieron su deuda, está Sinaloa a la cabeza con 49.5%; le siguen San Luis Potosí con 33.7%, Guanajuato con 14.5%, Durango con 13.0% sumando cinco entidades a doble dígito (más Guerrero).
En el caso de Querétaro, pasó de no contratar deuda en el segundo trimestre del 2023 a adquirir un monto de 2,916 millones de pesos en igual periodo del 2024. En tanto, Tlaxcala permanece como la única entidad del país que no tiene obligaciones financieras.
De las mayores economías del país, Nuevo León ostentó el mayor monto de deuda pública con 102,837 millones de pesos y un aumento anual de 6.7 por ciento.
El podio lo completaron la Ciudad de México con 98,354 millones de pesos y un incremento de su deuda en 3.2%, y el Estado de México con 63,860 millones que creció su endeudamiento en 4.4 por ciento.
Mientras que Jalisco con 31,085 millones de pesos, fue la única de las grandes economías del territorio nacional que registró un decrecimiento, de 2.6 por ciento.
