• Un total de 68 personas regresaron a su hogar; el secretario general de Gobierno fue testigo
Reivindicar a los pueblos indígenas y darles una paz justa y digna es una deuda histórica, por ello el gobierno democrático encabezado por Rutilio Escandón Cadenas ha adquirido este compromiso político y moral para garantizar los derechos humanos de las y los habitantes.
En el marco del Día Internacional de la Paz, que se celebró el pasado 21 de septiembre,
13 familias emprendieron su retorno pacífico al Ejido Puebla, municipio de Chenalhó, de donde tuvieron que salir por diferencias políticas, desde el mes de mayo del 2016.
Para atestiguar este significativo acto, el secretario general de Gobierno, Ismael Brito Mazariegos, acudió en representación del gobernador Rutilio Escandón, a recibir a las 68 personas que representan a estas familias, entre mujeres, hombres, niñas y niños, a quienes les generaron condiciones de un retorno seguro.
Al dirigir un mensaje a las y los pobladores, Ismael Brito los exhortó a hacer del diálogo el elemento más importante para que prevalezca la tranquilidad y hermandad entre todas y todos, así como a fortalecer la unidad entre los habitantes del Ejido Puebla,
para no dar entrada a la violencia y a las diferencias que en algún momento pudieran provocar algún conflicto.
“Acudan a sus autoridades, con el presidente municipal, con quien tenemos una buena coordinación, para que cualquier problema que exista pueda ser atendido rápidamente y se le dé solución”, manifestó.
Brito Mazariegos afirmó que este acto es de los más emotivos y satisfactorios que se ha tenido en estos nueve meses de gobierno, porque se está comprobando que cuando existe trabajo y voluntad de las autoridades se pueden encontrar grandes acuerdos que fortalezcan la convivencia en las comunidades.
“Me voy contento de ver este acto de hermandad entre ustedes: el retorno de
estas familias. El gobierno estará muy pendiente para seguir apoyando a quienes se mantenían desplazados, para que puedan adaptarse nuevamente a su ejido. Buscaremos con las diferentes dependencias las oportunidades para que empiecen a hacer su nueva vida”, enfatizó.
Ambas partes, autoridades y habitantes, se comprometieron a respetarse y cumplir con sus obligaciones para tener una relación armoniosa, contribuir en todas las actividades para el desarrollo y mejoramiento del ejido, mostrar buena conducta y evitar generar división o conflictos internos, con el fin de que prevalezca el buen ambiente para todas las familias.