La Jornada
Ginebra. Hay una alta probabilidad de que 2024 sea el año más cálido desde que hay registros, después de que el decenio finalizado en 2023 rompiera un récord de calor que empuja al planeta al borde del abismo, alertó ayer la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En el informe del Estado del Clima, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha hecho sonar la alerta roja y confirmó los datos preliminares que muestran que en 2023 se presentaron niveles de calor sin precedente desde que se comenzaron las mediciones hace 174 años. Una vez más se batieron récords, y en algunos casos se rompieron en cuanto a niveles de gases de efecto invernadero, temperaturas de la superficie, calor y acidificación de los océanos, aumento del nivel del mar, capa de hielo marino de la Antártida y retroceso de los glaciares, señala.
No podemos decirlo con certeza, pero diría que hay una alta probabilidad de que 2024 bata el récord de 2023, declaró Omar Baddour, encargado de la observación del clima de la OMM, durante la presentación del informe.
El organismo confirmó que 2023 tuvo una temperatura media global cerca de la superficie de 1.45 gracos centígrados (con un margen de incertidumbre de 0.12 grados) por encima de la línea de base preindustrial.
“Nunca hemos estado tan cerca –aunque sea de forma temporal– del límite inferior de 1.5 grados del Acuerdo de París sobre el cambio climático”, sostuvo en un comunicado Celeste Saulo, secretaria general de la OMM.
La crisis climática es el desafío decisivo que enfrenta la humanidad y está estrechamente entrelazada con la crisis de desigualdad, como lo demuestran la creciente inseguridad alimentaria, el desplazamiento de población y la pérdida de biodiversidad, agregó.
En un día normal de 2023, casi un tercio de los océanos se vio afectado por una ola de calor marina, que dañó ecosistemas y sistemas alimentarios vitales. Hacia finales de de ese año, más de 90 por ciento de los mares habían experimentado olas de calor en algún momento, lo que el organismo calificó de especialmente preocupante.
El conjunto global de glaciares de referencia sufrió la mayor pérdida de hielo jamás registrada (desde 1950), impulsada por el derretimiento extremo tanto en el oeste de América del Norte como en Europa, según datos preliminares.
La extensión del hielo marino antártico fue, con diferencia, la más baja jamás registrada, con una extensión máxima al final del invierno de un millón de kilómetros cuadrados por debajo del récord del año anterior, equivalente al tamaño de Francia y Alemania juntas.
Otro factor de inquietud es que el calentamiento continuo de los océanos, que dilata el volumen del agua, en combinación con la fusión de glaciares derivó en 2023 en un aumento del nivel del mar a un máximo desde que comenzaron los registros satelitales en 1993.
La OMM puntualizó que en los pasados 10 años la tasa de aumento del nivel medio del mar en todo el mundo fue más del doble que en el primer decenio que comenzó a medirse este indicador.
Indicó que estos cambios generan fenómenos climáticos extremos, incluidas sequías e inundaciones, que tienen repercusiones graves como desplazamientos de población, pérdida de la biodiversidad e inseguridad alimentaria.
Según el informe de la Organización Meteorológica Mundial, la cantidad de personas que padecen inseguridad alimentaria aguda en el mundo pasó de 149 millones antes de la pandemia de covid a 333 millones de individuos en 2023.
En una nota positiva, la agencia de la ONU destacó que hay en marcha una transición energética sustancial y que el año pasado la capacidad de incorporación de energías renovables aumentó 50 por ciento respecto a 2022.
Antonio Guterres, secretario general de Organización de Naciones Unidas, afirmó que este reporte muestra que el planeta está al borde del abismo.
Para él, todavía hay una oportunidad de mantener el aumento de la temperatura del planeta a largo plazo por debajo del umbral de 1.5 grados con el fin de evitar lo peor del caos climático.