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La reducción de los hábitats, la caza y el tráfico de especies son los mayores riesgos de la fauna silvestre, especialmente para jaguares, osos de anteojos, tiburones, tortugas y cóndores. México, Brasil y Colombia registran el mayor número de casos de tráfico de vida silvestre vía aérea
Texto: Yvette Sierra Praeli / Mongabay Latam
Foto: Andrew Walsmley
América Latina y el Caribe albergan la mayor biodiversidad del planeta. Regiones donde además están seis de los países con mayor biodiversidad en el mundo: Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela. Pero también enfrenta serias amenazas que ponen en riesgo a esta biodiversidad.
Según la Lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), solo en América del Sur se han evaluado 14 mil 60 especies bajo los criterios de riesgo y de ellas 4 mil 445 se encuentran como amenazadas de extinción, y la cifra de las que corren mayor riesgo llega a 665 especies, es decir, aquellas que están en Peligro Crítico.
La Lista roja de la UICN actualizada en agosto de 2019 menciona entre las especies más amenazadas en América Latina a la vaquita marina (Phocoena sinus), el mono nocturno andino (Aotus miconax), la iguana española de rinoceronte o igual cornuda (Cyclura cornuta), y la Rana Patagonia (Atelognathus patagonicus).
Especies emblemáticas en la región como el jaguar, el oso de anteojos, el cóndor o las tortugas también enfrentan el riesgo de extinción, principalmente por la desaparición de sus hábitats, pero, además, por la caza y el creciente negocio del tráfico de especies.
De acuerdo con la investigación Vida silvestre en el aire: tendencias de tráfico a tener en cuenta en América Latina y el Caribe de las organizaciones Traffic y C4ADS, que acaba de ser publicada, México, Brasil y Colombia registran el mayor número de casos de tráfico de vida silvestre vía aérea.
Esta situación que enfrenta el planeta, llevó a un grupo de activistas a declarar como el Día de las Especies Amenazadas el tercer viernes de mayo de todos los años.
El tráfico de especies: un problema que mueve millones de dólares
«Se calcula que el tráfico de especies silvestres mueve 10 000 millones de dólares anuales», dice Jessica Pacheco, del Programa Bosques y Agua Dulce de World Wildlife Fund (WWF) de Ecuador. Por lo tanto, agrega Pacheco, los gobiernos latinoamericanos deben identificar cuáles son las rutas que se utilizan para el tráfico.
En octubre de 2019 se realizó la primera Conferencia de Alto Nivel de las Américas sobre el Comercio Ilegal de Vida Silvestre en la que se declaró a esta actividad ilegal como crimen organizado.
En esa cita, 20 países de Latinoamérica firmaron la Declaración de Lima y se comprometieron a adoptar las 21 acciones definidas en la cumbre para luchar contra esta actividad ilegal.
Pacheco menciona que en Latinoamérica se está buscando identificar las rutas que se utilizan para el tráfico de vida silvestre con un enfoque a nivel de especies sombrillas o emblemáticas como el jaguar, el delfín, los monos y las tortugas.
La investigadora de WWF menciona también que especies de guacamayas, tortugas y monos figuran entre los más perseguidos por los traficantes. Solo en Ecuador, señala Pacheco, existen 532 especies incluidas en la lista de Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) que restringe su comercialización, entre ellas bagres y el paiche, sin embargo, agrega, el país no cuenta con ninguna ley sobre pesquerías amazónicas.
«Cada vez más se entiende que el tráfico no es local, sino transnacional», señala Rosa Vento, especialista del programa Tráfico de Vida Silvestre de Wildlife Conservation Society (WCS) Perú, quien cita como ejemplo de este negocio internacional los decomisos que se han hecho de la tortuga matamata, de la que existen dos especies: chelus fimbriata y chelus orinocensis.