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Letras desnudas… Una mente extraordinaria

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Infografía cortesía: gagpolitico.com

Mario Caballero 

 

Nació en la Ciudad de México el 17 de febrero de 1956. Es licenciada en Economía por la UNAM y en la Universidad Autónoma Metropolitana estudió la maestría en Desarrollo Rural. A los 33 años de edad se convirtió en miembro fundador del Partido de la Revolución Democrática. Aunque estuvo por varios años en el rincón de los olvidados, hoy es la mujer más famosa del país.

No es difícil darse cuenta que estoy hablando de María del Rosario Robles Berlanga, sin duda la funcionaria más polémica del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Rosario Robles, como es mayormente conocida, inició su carrera política en el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM). Pero al afiliarse al PRD en 1989, dio un gran salto en su incipiente trayectoria. Al ser parte fundacional de ese partido, comenzó a relacionarse con las grandes figuras de la política nacional. A través de sus poderosos amigos fue saltando de cargo en cargo dentro del mismo partido, hasta que en 1994 fue electa diputada por el Sol Azteca, pero de eso nada se recuerda.

 

Sombras y Contrastes

En 1988 se dio un acontecimiento relevante en el interior del PRI: el rompimiento de la Corriente Democrática que encabezaba Cuauhtémoc Cárdenas, quien abandonó su militancia priista al considerar que el partido de Calles se había alejado de los principios que le dieron origen tras finalizar la Revolución Mexicana. Sin embargo, también se consideró que dicha separación se debió a que el presidente de la República Miguel de la Madrid impuso como candidato del PRI a la Presidencia a Carlos Salinas de Gortari.

A la sazón, con Cárdenas Solórzano se fueron muchos priistas que formaron primeramente el Frente Democrático Nacional y, luego de perder la elección de 1988 tras la “caída del sistema”, el PRD, organismo que contó con la fuerza de los grupos de la vieja izquierda nacional que antes de eso nunca tuvieron ni voz ni voto en las decisiones de la nación.

Fue a través de las siglas de ese partido que Cárdenas se bautizó como el primer Jefe de Gobierno del Distrito Federal salido de la oposición. Tomó protesta el 5 de diciembre de 1997, y ese mismo día entregó la Secretaría de Gobierno del D.F. en poder de Rosario Robles. Muchos no estarán de acuerdo en que el hijo de Tata Cárdenas fue el padrino político de Robles, pero nadie podrá desmentir que él le dio el empuje que necesitaba su carrera que navegaba en las mansas aguas de la mediocridad.

¿Qué hizo como secretaria de Gobierno? ¿Cuáles fueron sus aportaciones? Porque hasta el día de hoy parece inverosímil que la Asamblea Legislativa del entonces Distrito Federal la designara Jefa de Gobierno después de que Cárdenas renunciara al cargo para contender por tercera vez por la Presidencia.

Una vez en esa posición se dedicó a derrochar millones de pesos en una absurda campaña de publicidad en televisión mediante la cual promocionaba las obras de su gobierno. Contraria a Cárdenas, quien había mantenido un manejo mediático bastante austero, Robles Berlanga utilizó todo ese dinero para promover su imagen personal. Por eso en todo México sabíamos quién era, de dónde surgió y hasta su platillo y película favorita.

Es autora del libro Con todo el corazón, y en él revela que echó mano de todo a su alcance en el gobierno de la Ciudad de México para apoyar la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y éste ocupara el cargo que ella dejaría vacante.

Meses después, se postuló para ocupar la presidencia nacional de su partido siendo respaldada por Cuauhtémoc Cárdenas y el grupo más izquierdista del PRD. Finalmente, el 18 de marzo de 2002, tomó posesión y prometió que conseguiría el 20 por ciento en las elecciones legislativas de 2003 y que de no conseguirlo renunciaría a su cargo.

Como dirigente del partido, nuevamente emprendió una campaña en los medios de comunicación promoviendo el voto para el PRD. La inversión fue desmedida. Fue en ese momento que se alió con el empresario argentino Carlos Ahumada. Aparte, se reunió en su domicilio con figuras tan dispares como Elba Esther Gordillo, Patricia Mercado y Martha Sahagún, actitud por la cual fue duramente criticada por sus partidarios.

No cumplió. El PRD no obtuvo el 20 por ciento de los votos prometidos por Chayo Robles. Por lo mismo fue obligada a renunciar. A la vez que la acusaron de haber dejado una enorme deuda por concepto de publicidad electoral en televisión. Pero el mayor escándalo estalló meses después.

En 2004, Ahumada fue sorprendido entregando varios fajos de billetes a René Bejarano, diputado en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y antiguo colaborador de AMLO. Poco tiempo después de ese suceso, Bejarano dijo que desde hacía tiempo venía entregando esos recursos en manos de la entonces presidente del partido Rosario Robles.

Se dijo que ese dinero era un soborno que el empresario dada para obtener contratos de obra pública con el gobierno de López Obrador, y que Robles y Ahumada tenían una relación sentimental.

 

El arte de desviar dinero

Ante la retahíla de escándalos y censuras, Robles se vio obligada a renunciar al PRD. Relegada de la política se volvió articulista semanal del periódico Milenio, participó en fundaciones, puso una consultoría, estuvo en la producción de un programa de televisión y, en el colmo, hasta incursionó en la escena teatral siendo parte del elenco de Los monólogos de la vagina. Aprendió a vivir en el ostracismo, de donde nunca debió salir.

“¡Qué costumbre tan salvaje esta de enterrar a los muertos!”, escribió Jaime Sabines. A lo que se añade que es peor resucitarlos. Y esto último fue lo que hizo el presidente Peña Nieto el 1 de diciembre de 2012, al nombrar a Rosario Robles como titular de la Secretaría de Desarrollo Social.

Actualmente dirige la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Y en ambas dependencias, es acusada de desviar decenas de millones de pesos del erario de los mexicanos. De acuerdo a las investigaciones, lo hizo apoyada por una compleja red de corrupción en la que participaron empresas fantasma, funcionarios del gobierno federal y un número importante de universidades públicas.

CONEVAL dice que Sedesol y Sedatu han gastado a lo largo de este sexenio 21 mil millones de pesos sin sentido y en completa opacidad. Pero de acuerdo con lo reportado por la Auditoría Superior de la Federación, las revisiones a la cuenta pública hecha por organismos independientes y por medios periodísticos que documentaron el caso de la “Estafa Maestra”, Robles es responsable del desvío de 3 mil 37 millones de pesos, por el cual existen 17 denuncias ante la PGR.

No hay excusas ni explicaciones ante ese desfalco. Porque el dinero que ejerció Rosario Robles fue a parar a Monex y a CI Banco, de donde fue dispersado a cuentas domiciliadas a varios países.

 

Acusación reveladora

Una vez llegados hasta aquí déjeme decirle que esta columneja no trata de Rosario Robles Berlanga, pues todos los párrafos anteriores son tan sólo para ilustrar que esta dama no es en ningún sentido un “chivo expiatorio”, como tanto lo afirma Andrés Manuel López Obrador.

Un chivo expiatorio, según las Sagradas Escrituras, es un macho cabrío que los judíos en los tiempos del Antiguo Testamento sacrificaban como mandato de Dios para purificar las culpas o pecados. Hoy, se denomina de este modo a aquellas personas a quienes se quiere hacer culpables de algo de lo que no son. Pero de acuerdo a todo lo documentado, Robles sí es culpable y no es el chivo expiatorio de nadie.

De tal manera, la reacción de AMLO ante las acusaciones a Chayo Robles es reveladora. Porque en primer lugar ni el PRI ni Peña Nieto señalaron a la todavía secretaria de la Sedatu, lo hicieron organismos independientes al gobierno federal. Y para terminar, hay pruebas de los desvíos de dinero público hechos por ella.

Así que ¿con que fin la defiende López Obrador? Desafortunadamente sólo él puede contestar esas preguntas.

Lo preocupante es que el tabasqueño sigue dedicándose a defender y proteger a quienes por años han perjudicado a México. Ya lo hizo con Gómez Urrutia, Elba Esther, Nestora Salgado, Manuel Bartlett, entre otros, y ahora lo hace con Robles. ¿Quién sigue? ¿Los Duarte? ¿Borge?

Sin duda la mente de López Obrador es extraordinaria, extraordinariamente difícil de entender. Preocupado por la Cuarta Transformación, ya tiene otro escándalo para desprestigiar el gobierno que aún no empieza. ¡Chao!

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