Sin Embargo
En los últimos 14 años el mapa de México, en cuanto a colores políticos, cambió de manera rotunda. Tras cada elección, el mapa que en 2006 –y antes– era casi en su totalidad para el PRI, tiene ya distintos colores, aunque es notorio que hay otro que empieza a predominar.
Ciudad de México, 8 de junio .- Luego de los resultados electorales de la jornada del 6 de junio, el mapa político de México se reconfiguró. Para este año, Morena gobernaría un total de 16 entidades, la mitad del país, y Acción Nacional (PAN) será la segunda fuerza con ocho entidades, según los datos proporcionados por el Programa de Resultados Electorales Preliminares del Proceso Federal.
El caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) es histórico, ya que de tener 18 gubernaturas en 2006, y hasta 21 en 2009, este año solamente conservaría cuatro. El tricolor no ganó ninguna elección y se mantendrá al frente de Oaxaca, Estado de México, Hidalgo y Coahuila, sus bastiones, que pronto tendrán elecciones.
Para 2021, el resto de los estados quedan gobernados por Movimiento Ciudadano (MC), el Partido Encuentro Social (PES), y Partido Verde Ecologista de México (PVEM) dos, uno y uno, respectivamente. Y por primera vez desde 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas fue electo como el primer Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, el PRD no tiene ninguna entidad en sus manos. Su último bastión, Michoacán optó por Morena, de acuerdo con los resultados electorales preliminares .
De acuerdo con la revisión hecha por SinEmbargo, el crecimiento del partido creado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, es claro, durante estos siete años desde su fundación en 2014; es ahora una fuerza que ganó cinco gubernaturas en sus primeras elecciones (2017-2018) y para 2021 acumula 16.
La situación del PAN es constante. Para 2006, tenía ocho gubernaturas concentradas en los estados del país que desde siempre han optado por este partido: Tlaxcala, Querétaro, Jalisco, Guanajuato y Aguascalientes. De hecho esas preferencias se mantienen, en algunos casos hasta la fecha.
Para 2018 el blanquiazul lograría su mayor número de gubernaturas con un total de 11 y para 2021 es el partido de la alianza “Va Por México” que logró colocar como abanderados a sus militantes. Así mantiene un total de siete estados bajo su control.
El PRD se difuminó: en 2006 tenía seis estados en su poder; en 2012 logró tener cuatro, a pesar de que seis años antes el partido se disputó la contienda electoral. Para 2018 sólo le quedaba Michoacán y para 2021 ya ninguno de sus militantes conquistó una gubernatura.
En cuanto a los partidos pequeños, está MC, que conquistó su tercera gubernatura desde 2012; el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) sólo tiene una victoria que obtuvo en 2012 y para 2021 ganó San Luis Potosí; en el caso del PES, en 2018 ganó Morelos y sobre candidatos sin partido, el caso de Nuevo León en 2017 continúa siendo el único en la historia.
Los datos preliminares del INE permiten advertir ventajas en los siguientes estados: Nuevo León sería para Movimiento Ciudadano y Querétaro para el PAN. Los que son para Morena son: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.
Tras la elección del día de ayer, algunos estados dieron un giro en su historial político. Por ejemplo Baja California, que le da continuidad al proyecto de Morena, iniciado por Jaime Bonilla, luego de apostar por PRI y PAN; Campeche se perfila a dejar de ser un bastión del PRI y en una votación cerrada, los votos favorecen por la mínima a Morena, con su candidata Layda Sansores; en el mismo sentido caminó Colima y Nayarit.
De los estados que votaban por PRI o PAN y que hoy dan la oportunidad a Morena, son Sinaloa y Sonora, ambos estados sólo cambiaban entre esos dos partidos.
CAMBIO ROTUNDO EN 30 AÑOS
En entrevista con SinEmbargo, Carolina del Ángel Cruz, licenciada en Derecho, especialista en Justicia Electoral y maestra en Derecho Electoral, explicó que el cambio en el mapa político de México se debe en gran medida a la ciudadanización de las autoridades electorales, es decir, un cambio que inició en 1990 tras la fundación del Instituto Federal Electoral.
“La democracia como la tenemos hoy, realmente tiene poco tiempo en este país. Me parece que el hecho de que la autoridad electoral se haya ciudadanizado, es decir, que haya salido del poder del Estado, es lo que ha hecho posible la alternancia, independientemente de qué partido esté en el poder. La realidad es que antes de los 90, esa posibilidad no existía. Las elecciones eran de trámite para que constitucionalmente, y a nivel mundial, se tuviera a México como una democracia, pero la realidad es que no, siempre ganaba el mismo partido”, comentó la académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En ese contexto, agregó Del Ángel Cruz, el Estado se “organizaba su propia fiesta y muy difícilmente perdía o podían reconocer que perdían. Si no se hubiera dado ese paso, a que la autoridad electoral fuera un órgano constitucional autónomo, un órgano ajeno a cualquiera de los tres poderes no se hubiera dado ese cambio. Es a partir de entonces que vemos que fluyen los cambios a nivel gubernatura, las diputaciones, empiezan a haber más partidos políticos, más oposición, pero lo importante es que todos ellos ya tienen opciones de ganar”.
Sobre los estados que aún tienen en su historia de gobernadores a un sólo partido, comentó que aunque no se ha dado esa alternancia es destacable que al menos ya hay competencia y es notorio porque los triunfos de los partidos ya no son rotundos, es decir, las cosas ahora ya pueden cambiar, el Estado de México puede dejar de ser del PRI, o Guanajuato puede dejar de ser del PAN.
“Esta situación de hace 30 años, genera competencia. Lo triste es que quienes no cambiaron son los partidos políticos, sólo generaron una imagen para la ciudadanía, ya que la gente parte del descontento en done los partidos en lugar de ofrecer propuestas encuentran cómo llegar a lo emotivo […] hay liderazgos locales y cada partido ofrece las ideas que requiere la ciudadanía: crecimiento económico en el norte, programas sociales en el sur, políticas conservadoras en el centro […] De unos 10 años para acá, lo que ya no escuchas en las campañas son propuestas, ya no te dicen ‘vota por mí por esto…’ y algo concreto y la forma en cómo lo harán. Ahora es vota por mí, porque el otro es peor, es un peligro’”, concluyó la abogada.